Nada,
Yolanda,
la vida no vale nada.

Aunque sea un canto
de alegría o tristeza,
aunque se vista de locura,
los versos son sencillos,
muchas veces en blanco y negro,
sembrando flores del futuro.

No me pidas
que me despida,
yo me quedo contigo
y tu voz
para nombrarte,
para despertar
vengo naciendo.

Más allá de todo
nos ha hecho el mejor regalo
con el fin de esta canción de otoño.

Volverás
en cada verso,
en cada amor cantado,
en cada revolución,
comienzo y fin de una verde mañana,
como hoy.

Estás
igual que ayer
y no hace falta que vuelva a nacer
porque siempre
permanecerás en nuestro tiempo.

Pablo Milanés,
que alzas el vuelo
más allá de todo.