A Pedro Sánchez se le está poniendo cada vez más cara de Pablo Iglesias y eso es nefasto para los intereses del Partido Socialista. Las leyes más duras para los socialistas las están elaborando en los ministerios adjudicados a Podemos sin que el PSOE haya hecho todavía un ruido.

El enfrentamiento con la llamada “casta” que son los empresarios los banqueros y en general todo el Ibex 35 que era propio del líder de Podemos ha sido asumido con naturalidad por el presidente del Gobierno.  Incluso la subida del Salario Mínimo Interprofesional la ha llevado a cabo la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, sí, pero que pertenece al Partido Comunista, de donde hasta que yo conozco no se ha dado de baja.

En definitiva, que a Pedro Sánchez le está comiendo la merienda Pablo Iglesias por vía interpuesta y las ministras más radicales de su gobierno, quitando a Yolanda Díaz  que ya he dicho que no sé donde se ubica. No en Podemos; no en el PSOE; sí en SUMAR pero ese es un ectoplasma de perfiles aún no definidos como para ubicarla allí sin dudas.

Esta introducción viene a cuento de la llamada ley Trans que se aprobó ayer.  Es una ley salida de la factoría de Igualdad que está llena de objeciones por parte de las feministas del PSOE. Pero, salvo la ex vicepresidenta Carmen Calvo, todos los socialistas, y todas las socialistas, votaron a favor sin rechistar aunque allí había viejas feministas de acreditada trayectoria.

Para empezar, la inmensa mayoría de las objeciones hechas públicas por el Consejo de Estado y del Consejo General del Poder Judicial han sido ignoradas por esta ley.

Y para seguir, una de las grandes objeciones, que la autodeterminación de género en el Registro Civil, es decir, que una persona pueda cambiar su nombre y sexo en el DNI únicamente con su voluntad; y sobre todo, que esto sea posible libremente también para los menores a partir de los 16 años; y que entre los 14 y los 16, puedan inscribirse con consentimiento de madres y padres, y entre los 12 y los 14 con aval judicial, no ha producido el menor disenso entre los 118 diputados socialistas. Con la excepción, ya digo, de la ex vicepresidenta Carmen Calvo.

El único argumento para sacar adelante esta ley en este aspecto es que en la mayor parte de las 17 comunidades autónomas existen leyes igual de disparatadas que la ley estatal y nadie ha puesto el grito en el cielo. Que se haya aprobado casi siempre por unanimidad unas leyes que atentan contra la prudencia más elemental en lo que se refiere a los niños y a las niñas solo habla de la irresponsabilidad de nuestra clase política, también la autonómica.

Porque en 15 comunidades autónomas existen leyes de ámbito reducido pero con las mismas consecuencias para la salud mental de muchos niños y niñas de nuestro país.

Es un hecho que al movimiento feminista esta ley le perjudica terriblemente porque borra literalmente el significado de la palabra 'mujeres' y lo arrumba a una esquina de la Historia

Ahí tenemos a Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia recién dimitida, entre otras cosas, no es la única pero sí una de las principales, por haber aprobado una ley como la que acaba de aprobar el Parlamento español.

Las consecuencias de la aplicación de una ley muy similar a la aprobada aquí, han llevado a la dimisión de la señora Sturgeon porque la ley fue frenada por el gobierno de Londres utilizando su prerrogativa, cosa que aquí no tenemos porque es Pedro Sánchez el que ha alentado a Irene Montero a tirar para adelante.

Pero el rechazo de la mayor parte de la población a una ley como la que acabamos de aprobar aquí ha sido una de las razones, no la única, por las que Nicola Sturgeon ha dimitido. 

Al margen de esas objeciones, es un hecho que al movimiento feminista esta ley le perjudica terriblemente porque borra literalmente el significado de la palabra mujeres y lo arrumba a una esquina de la Historia.

El sexo no se puede considerar una cuestión de vivencias íntimas y sólo se puede dirigir a quienes presenten disconformidad hacia su sexo, pero solventemente acreditado. A través de informes médicos o psicológicos, lo que constituiría una garantía para la persona que decida cambiar de sexo. 

Tiene razón el Consejo de Estado cuando dice que no parece proporcionado desvincular la modificación en el Registro de todo elemento probatorio que le de una cierta estabilidad a la identidad sexual libremente decidida por una persona 

Y eso es especialmente cierto en el caso de los menores de edad, cuando están en una indefinición sexual evidente, que se tomen decisiones precipitadas para las que no haya luego marcha atrás. En Bélgica y Portugal tienen que haber cumplido 16 años y en Noruega tiene que tener un certificado médico que acredite su disforia de género. 

Algo a lo que remitirse que no sea una decisión tomada a la ligera de la que más tarde podrán muchas personas arrepentirse.

Pero Pedro Sánchez está en permanecer en el poder y en consentirle todo a Podemos mientras no tenga más amarrada a Yolanda Díaz y su movimiento Sumar,  que de momento no lo tiene.

Mientras tanto, Pedro Sánchez se está transmutando en Pablo Iglesias.