Podemos renace de sus cenizas. Pero su aspiración no es ya la de asaltar los cielos, sino algo mucho más pueril y, por tanto, más asequible: despedazar a Sumar.
Yolanda Díaz, a la que el mismísimo Pablo Iglesias aupó al liderazgo de Unidas Podemos sin primarias, sin discusión y sólo guiado de su mesianismo callejero, pronto se dio cuenta de que no podía seguir mucho tiempo bajo su paraguas protector. Y se inventó el movimiento Sumar. Un movimiento que no quería ser un partido porque la gente -decía Yolanda- ya está cansada de los partidos.
En Moncloa se sumaron inmediatamente a la idea de construir ese nuevo espacio sobre los escombros de Podemos. Sumar y Yolanda parecía más dóciles, menos asilvestrados que los del partido de Iglesias e Irene Montero. También menos ruidosos.
Para un hombre tan listo como Pedro Sánchez no fue difícil detectar cuál era el talón de Aquiles de Yolanda Díaz. Bastaba con darle protagonismo, dejar que saliera mucho en televisión, que se creyera su papel.
Como en tantas otras ocasiones, la extrema izquierda quiso construir un edificio juntando siglas por un lado y por otro. Los Comunes, Compromís, y hasta Izquierda Unida (que es la única organización seria de ese grupo, con una cierta estructura e ideología) se sumaron a ese proyecto, se creyeron al personaje, pensaron que Yolanda Díaz podría atraer a las masas y llegar a ser lo que fue Unidas Podemos en aquellos años en los que estuvo a punto de apear al PSOE de su pedestal como partido hegemónico de la izquierda.
Poco duró el encanto. Tras un resultado discreto en las elecciones generales de 2023 (31 escaños), vinieron los descalabros en Galicia y Cataluña. El único grupo de los que formaban la heterogénea coalición que aguantó con cierta solvencia fue Más Madrid (que empató a 27 escaños con el PSOE en los comicios de mayo de 2023).
Pero tampoco a Más Madrid le iban a ir bien las cosas. Íñigo Errejón, su estrella y, al mismo tiempo, portavoz de Sumar en el Congreso fue acusado en octubre de 2024 de acoso sexual. Aunque la denuncia de la actriz Elisa Mouliáa adolece de credibilidad, el escándalo fue suficiente como para que Errejón dimitiera. Con Errejón fuera de combate y Mónica García aupada al ministerio de Sanidad, Más Madrid quedó también tocado, como demuestran las últimas encuestas, en las que ya aparece claramente por debajo del PSOE en expectativa de voto. ¡Y eso que el nuevo líder del Partido Socialista en Madrid es Oscar López!.
Mientras Sumar se desangra y en Moncloa ya se habla sin tapujos del bluf de Yolanda Díaz, Podemos se apresta para darle el golpe de gracia
En fin que las cosas no le han rodado bien a Sumar desde prácticamente su nacimiento. Lo último ha sido nombrar una bicefalia (Lara Hernández y Carlos Martín) para dirigir la organización ya convertida en partido político. Pero con Yolanda como número tres, como figura clave del invento que ha decidido estar pero no estar en algo tan gaseoso como es Sumar, donde ya alguno de sus miembros han decidido que no utilizarán ese paraguas en las próximas elecciones para hacer la guerra por su cuenta.
El desplome de Sumar es el denominador común de todas las encuestas. La última -la del CIS, desprestigiada por la cocina infame de Tezanos- muestra que un cuarto de los votos que pierde el partido de Yolanda Díaz busca refugio en Podemos. De ahí que, en intención de voto, el partido fundado por Iglesias ya le pise los talones al invento de Sumar.
No es casual la decisión de Podemos de situar como cabeza de cartel a Irene Montero -Ione Belarra no le llega ni a la suela del zapato-, como tampoco lo es el lanzamiento del libro de Iglesias Enemigos íntimos, un auto de fe para ajustar cuentas con sus antiguos camaradas. Iglesias, lo ha reconocido él mismo, nunca se fue de la política. Tras la humillante derrota de Madrid optó por centrarse en la agitación y la propaganda, lo que más le gusta y lo que mejor sabe hacer. Los medios públicos del Gobierno le han prestado el altavoz, en una clara muestra de que Pedro Sánchez nunca creyó en una eventual resurrección de Podemos.
La decisión -forzada- del Gobierno de elevar el gasto en defensa es la oportunidad que necesitaba Podemos para asestarle el golpe de gracia a Sumar. Podemos ha recuperado el No a la guerra como un elemento movilizador, no tanto contra el PSOE, sino contra Sumar, prisionero de Pedro Sánchez, del que dependen sus puestos en el Gobierno. Mientras que Sumar exhibe un mohín contra el incremento del gasto en defensa, Irene Montero grita: "Es un robo". Y ahí entronca con las raíces de Izquierda Unida y su grito de guerra: "OTAN no, bases fuera".
En Moncloa, como es natural, se inquietan. Saben que Podemos va a vender muy caros -casi tanto como Junts- sus cuatro votos en el Congreso. Es más, dan por hecho que no van a poder contar con ellos en ninguna votación importante. Otro socio que se cae.
Pero lo peor para Sánchez es que el hundimiento de Sumar, en paralelo a la resurrección de Podemos, hace muy difícil, por no decir imposible, que el PSOE pueda agrupar un grupo de fieles suficiente que le de la mayoría en caso de celebrarse elecciones.
El invento de Sumar ha devenido en fracaso mucho antes de que el PSOE pueda prescindir de sus votos. En Moncloa ya hablan abiertamente de Yolanda Díaz como un bluf.
Mientras el castillo de naipes se viene abajo, Iglesias se relame. La resurrección de Podemos se hará sobre las cenizas de Sumar. Aunque eso ya no sirva para nada políticamente relevante. Tan sólo para dar satisfacción el espíritu de rapiña de un fracasado.
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hace 5 días
Ese “adolece”, duele. Porque duele la falta de credibilidad, no una denuncia creíble.
El mejor escribano…
hace 7 días
Si Julio Anguita levantara la cabeza….
hace 1 semana
La izquierda de los 80, 90 y principios de los 2000, estaba formada principalmente por socialistas y comunistas. Actualmente los socialistas han sido sustituidos por los sanchistas – dícese de individuos/as que hacen y dicen siempre lo que les ordena un tal Sánchez -, y los comunistas han sido reemplazados por los izquierdistas – dícese de un variopinto tipo de sujetos/as pertenecientes a diferentes tribus que se pelean por un mismo objetivo: vivir del cuento -.
hace 1 semana
Coincidiendo en general con el contenido del articulo me llama la atención, como otras veces, el parrafito de «En Moncloa ya hablan abiertamente de que Yolanda–» . Se lo inventa, lo supone o espera que nos creamos que usted va por la Moncloa a tomar cafe tranquilamente a que los dirigentes del psoe le hagan confidencias.