En junio de 2023, el presidente de la Knesset (parlamento israelí), Emir Ohana, de padres marroquíes, realizó una visita de tres días a Marruecos, donde se reunió con el primer ministro Aziz Akhnouch y el ministro de Exteriores Naser Bourita. En su último día fue recibido con honores en el parlamento en Rabat por su homólogo marroquí. En su discurso anunció que Israel pronto reconocerá la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, algo que sucedió el 17 de julio, justo un mes después. Además, prometió algo que quizás es más valioso para Marruecos: la diplomacia israelí ayudaría en todo lo posible a Marruecos para lograr reconocimientos de otros Estados.
El 11 de diciembre de 2024, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, realizó una visita a Israel, y según el diario israelí The Jerusalem Post en un artículo publicado el día 19 de ese mes, durante un encuentro con Emir Ohana, este le presionó para que Paraguay reconozca la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Dicho y hecho: una semana después, el día 25, el Congreso de Paraguay aprobó una resolución que reafirmaba la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui.
Otro país donde la diplomacia israelí tiene una fuerte presencia por su posición geopolítica es Panamá. Este país reconoció y estableció relaciones diplomáticas con la República Saharaui en 1978; desde entonces, los saharauis tenían allí destinada una misión diplomática permanente. En julio de 2024 tomó posesión el nuevo gobierno del derechista Raúl Molino, cuyos postulados en favor de Israel son de sobra conocidos. En septiembre, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, tuvo un encuentro con el embajador de Israel, Itai Bardov, donde, presuntamente, el diplomático israelí le animó a romper relaciones diplomáticas con la República Saharaui, algo que sucedería un mes y medio después. A principios de noviembre, el Ministerio de Exteriores de Panamá emitió un comunicado donde rompía relaciones diplomáticas con la República Saharaui y mostraba apoyo a la propuesta de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.
En otros países de Hispanoamérica donde la influencia israelí no le puede servir, Marruecos tira de billetera: numerosos legisladores de diversos países son invitados de lujo en hoteles de Marrakech y Agadir, propiedad del Grupo Siger, el holding real de Mohamed VI. Una vez allí, son trasladados al Sáhara Occidental en visitas guiadas con el fin de normalizar la ocupación del territorio; participan en actos propagandísticos en los cuales quedan prohibidas referencias a las violaciones de derechos humanos, presos políticos o desaparecidos saharauis.
Una vez allí, son trasladados al Sáhara Occidental en visitas guiadas con el fin de normalizar la ocupación del territorio
Guido Girardi, expresidente del Senado de Chile, que antaño mostraba apoyo a la causa del pueblo saharaui, dio un giro de 180° cuando comenzó a disfrutar de paquetes vacacionales en Marruecos. También senadores chilenos como Jaime Quintana, diputados argentinos como Yamil Santoro, y la excandidata a la presidencia de Perú, Keiko Fujimori, hija del exdictador Alberto Fujimori, quien rompió relaciones con la República Saharaui en 1995.
En septiembre de 2021, el recién elegido presidente, Pedro Castillo, decidió restablecer relaciones diplomáticas con la República Saharaui, pero debido a la inestabilidad de su gobierno y las sucesivas alianzas, en agosto de 2022 llegó a la cancillería del país andino Miguel Ángel Rodríguez Mackay, el cabecilla del lobby marroquí en Perú, que inmediatamente decidió volver a romper las relaciones con los saharauis y, aún más, reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, aunque este despropósito no duró mucho: Rodríguez Mackay fue destituido solo un mes después e inmediatamente se restablecieron las relaciones con la República Saharaui.
Una de las recientes visitas al Sáhara Occidental ocupado ha sido la de Gustavo Pacheco, presidente del Parlamento Andino, un habitual monigote de la dictadura marroquí. En su tercera visita a Marruecos en poco más de cuatro años, Pacheco viajó a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado, donde dio una rueda de prensa en la cual no escatimó en elogios hacia Mohamed VI; lógico, había estado previamente alojado tres días en Marrakech en el lujoso hotel El Mamounia, propiedad del rey marroquí.
La lista de legisladores peruanos, chilenos, argentinos, colombianos… lobistas de Marruecos es interminable
La lista de legisladores peruanos, chilenos, argentinos, colombianos… lobistas de Marruecos es interminable. Sus visitas casi semanales a Marruecos y al Sáhara Occidental ocupado donde son un deleite para la prensa marroquí, que los presenta como ejemplo del cambio de paradigma en la cuestión del Sáhara Occidental en Hispanoamérica en favor de Marruecos. Uno de los casos más estrambóticos sucedió en junio de 2023, durante una visita a Marruecos del presidente de la Comisión de Exteriores del Senado chileno, Francisco Chahuán, y tras una reunión con el ministro de exteriores marroquí, Chahuán, atribuyéndose funciones ejecutivas que no son de su competencia, declaró a la agencia oficial de noticias marroquí (MAP) que su país apoya la “integridad territorial de Marruecos, incluyendo el Sáhara”, noticia que corrió como la pólvora en la prensa marroquí. Al día siguiente, el Ministerio de Exteriores de Chile emitió un comunicado desautorizándole y recalcando que su posición sobre la cuestión del Sáhara Occidental no ha variado y es conforme a las resoluciones de la ONU.
Para el régimen marroquí, Hispanoamérica es fundamental para sus planes en la ocupación del Sáhara Occidental. La mayoría de sus países reconocieron a la República Saharaui casi inmediatamente tras su proclamación en 1976; desde entonces han mostrado su firme apoyo al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui en los diferentes órganos de las Naciones Unidas. Romper el vínculo político y de hermandad entre hispanos y saharauis se ha convertido en una obsesión del régimen marroquí y, para ello, no duda en emplear cualquier método, incluida la corrupción.
Ahmed Baba (1987, campamentos de refugiados saharauis) es administrativo y activista. Interesado en la geopolítica del norte de África, investiga especialmente las relaciones entre Marruecos, España y el Sáhara Occidental, con foco en el papel de los lobbies y su influencia en el PSOE.
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