Anunciaban los titulares del programa de este martes de Silvia Intxaurrondo un debate sobre la rueda de prensa que ofreció Melody el día anterior. El asunto lo abordaron sus contertulios con anterioridad al de Leire Díez, lo que ilustra a la perfección sobre la función que cumple la RTVE de José Pablo López en la sociedad española. Alguno de los participantes estaba indignado porque la cantante no se hubiera pronunciado sobre el conflicto de Oriente Medio. "No hay que ser un experto en geopolítica para condenar lo que sucede en Gaza”, espetó uno de ellos, antes de atribuir “bastante poca sensibilidad” a la intérprete del Baile de los gorilas.
Otra de las presentes en la mesa aseguraba no tener los suficientes elementos de juicio como para opinar sobre esta cuestión -a lo mejor, como Melody sobre el conflicto entre Israel y Palestina-, pero no dudó en lanzar un ataque personal a la representante de España en Eurovisión. "Esta cantante se ha tomado muy en serio eso de que es una diosa", espetó. Algún crítico eurovisivo -a quien los bolsillos le cantan por corruptelas- definía a la aludida como "cateta" y "endiosada".
Existe desde hace un tiempo entre la tropa progubernamental cierta querencia por perseguir de forma implacable a quien se niega a realizar el noble ejercicio que caracteriza a los “abajo-firmantes”, que es el de recibir la mercancía, asentir y recitar, con la esperanza de que el jefe reparta ínsulas o puestos de asesor en Ferraz, en Semillas o en Mañaneros. Melody no quiso ejercer esa función. Ella -dijo- es una artista. Una especie de folclórica contemporánea que tiene las mismas carencias intelectuales que cualquiera que se dedique a cantar; y no al estudio de una ciencia social.
Modular la voz delante de un micrófono no requiere un entrenamiento sobresaliente de la materia gris, como tampoco protagonizar una película o defender a un partido en una tertulia, lo cual equivale a rezar un padrenuestro de memoria. El problema es que a Melody le querían hacer opinar. Su aspiración era convertirla en un símbolo. En Juanita Reina. Aquella gustaba en el régimen por tradicional, recatada, religiosa, digna y maternal. Con Melody querían una activista contra Israel; y no porque en Ferraz o en RTVE les importe mucho el futuro de Gaza, sino porque es una de las causas que le interesan al PSOE.
La horda pedrista
El precio que ha pagado la representante en Eurovisión por limitarse a realizar la función para la que había sido contratada es el vapuleo. El linchamiento tertuliano. La masacre reputacional, que es a lo que se enfrenta cualquiera que tenga cierta ascendencia en la opinión pública y se interponga en los intereses del Gobierno, llámese Melody, Daniel Carvajal o Antonio Balas. Se ha llevado palos de todos los colores en los últimos días. De contertulios gorrones, de David Broncano y de tiralevitas como Nacho Duato. "Te diría que un artista debe posicionarse. Un genocidio es un genocidio y hay que decirlo", ha afirmado el bailarín.
¿Y por qué no denunciar los disparos de los saudíes en la frontera de Yemen, la masacre de armenios en el Alto de Karabaj o la sinrazón del nuevo gobierno sirio? ¿Por qué a Melody no se le obliga a pronunciarse sobre eso... o sobre el Sahara Occidental o sobre los exiliados venezolanos que mueren en el Darién? ¿Y por qué no la pidieron que se refiriera a los uigures, a los rohinyás o al autoritarismo de Turkmenistán? Porque esos temas no están en la agenda del Gobierno. Ahí no llegan Duato, Miguel Ríos, ni José Pablo López, ni Intxaurrondo. Que les zurzan a los rohinyás si no dan votos a Sánchez.
Antes que con Melody lo hicieron con los contrapoderes. La visión del Estado de derecho que propugna el sanchismo pasa por hacer sentir al crítico como si estuviera despotricando contra el dueño del país o contra la mano que le da de comer. Sus papagayos no dudan en atribuir el adjetivo de 'negacionista' a quien expresa dudas razonables ni en mandar a los perros de El Plural a la casa en el campo de un juez en caso de que se dedique a investigar lo que les afecta. ¿Que mete las narices en el máster de Begoña? Ya te lo soluciona Angélica publicando la trola de los dos DNIs del juez Peinado? ¿Que un periodista hace su trabajo? Ya se encarga de etiquetarle como 'bulero' o pseudo-plumilla el ministro de Transportes o el último muñeco de Contreras.
¿Que un fiscal anticorrupción o un jefe de la UCO se esmera con sus pesquisas sobre Koldo, el maestro Azagra, José Luis Ábalos, Begoña Gómez y compañía? Que vaya Leire y ofrezca ascensos, decapitaciones, reuniones con el fiscal o vídeos sexuales de tal o cual implicado. ¿Que Melody se niega a recitar, como un papagayo, la turra que el Gobierno y RTVE -misma cosa- distribuyeron sobre Israel y Palestina durante el festival de Eurovisión? A por ella. Por "cateta", por "insolidaria" o por "mala persona". De paso, también despotricamos contra su entorno, dado que ya se sabe que cuando las organizaciones de este tipo no logran intimidar lo suficiente en lo personal, amenazan también a la familia.
Diría que hay momentos en los que lo suyo roza la extorsión, cuando no lo obsesivo, pero es lo que sucede en la España de nuestros días. La diferencia entre el ser buen o mal profesional, entre ejercer tu trabajo y ser tóxico; entre el racional y el ultramontano; y entre la bondad y la maldad se encuentra en el lugar donde la sitúe la propaganda. Ellos habitan allí donde se ejerce la virtud y se actúa con justicia y verdad. Donde nadie conoce incluso a personajes que ejercen a su favor, aunque con pocos escrúpulos, como Leire. Allí se persigue de forma incansable la sinrazón, que es la nuestra, la de Melody y la de cualquiera que señale como ejercicios de oportunismo las constantes maniobras gubernamentales para camuflar sus escándalos y sus desperdicios.
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3 Comentarios
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hace 10 horas
Cada vez más en el convencimiento de que todos aquellos que de alguna manera apoyan, o miran a otro lado a los desmanes del actual PSOE, es por qué en su noción de «democracia» no entramos todos…
La patita totalitaria va asomando ya no poco a poco, sino demasiado rápido… no ya en la abducida militancia socialista, sino en muchos de sus votantes.
Y es ese el problema, no un gobierno corrupto con tintes mafiosos, sino sus votantes.
hace 11 horas
Toda esta perorata para justificar que os gusta Netanyahu?
hace 11 horas
Razón no le falta, don Rubén. ¡A las trincheras!, ¡No pasarán!, ¡Los fascistas no pasarán!, clamaban aquellos brigadistas con el puño en alto y la hoz bien afilada. Hoy, en cambio, tenemos a los nuevos brigadistas nacionales —eso sí, con sueldo de tertuliano y columna fija— luchando denodadamente contra los facha-pantanos, como si de un videojuego de rol se tratara. Defienden al trolero de la Moncloa como si fuera Frodo llevando el anillo al BOE.
Las causas se multiplican, los frentes se desbordan, y el régimen, que huele ya más a cadáver político que a pachuli institucional, se descompone a ritmo de breaking news. Y claro, en esa estampida de descomposición, siempre hay daños colaterales. Esta vez le ha tocado a la pobre Melody. Sí, Melody, la de los gorilas. Una víctima inocente más en esta guerra civilista 2.0 que se traen los progresistas con uniforme ideológico y discurso prefabricado.
Quienes aún conservamos algo de decencia —y el oído medio— lamentamos profundamente este atropello. Porque aunque no escuchemos su música, ni la tengamos en la playlist de los domingos, una cosa está clara: no se merece este final. Pero ya se sabe, cuando el ventilador de estiércol se pone a funcionar, no distingue entre culpables e inocentes. Y los únicos que salen limpios son los que lo encienden.