No ha habido nunca en España una situación en la que haya estado más justificada una moción de censura. No hay presupuestos, el Gobierno –que no tiene garantizada la mayoría en el Congreso– no respeta la separación de poderes y, para colmo, está cercado por distintos y muy graves casos de corrupción que apuntan a la responsabilidad del presidente. Pedro Sánchez no quiere convocar –de momento– elecciones anticipadas y el deterioro de la convivencia es cada vez más palpable. Pero la democracia tiene mecanismos para acabar con la asfixia que atenaza la vida política.

La pregunta es ¿qué hacer? El líder de la oposición compareció el jueves tras el ingreso en prisión de José Luis Ábalos y Koldo García para hacer un llamamiento a la movilización: convocó una concentración este domingo a las 12 horas en el Templo de Debod de Madrid. Como válvula de escape no está mal, incluso puede que acuda mucha gente, pero eso no es lo que está demandando la ciudadanía. Hay una mayoría que reclama el cambio ya.

Alberto Núñez Feijóo tiene el deber moral de dar un paso adelante y presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, sin esperar a que Junts le garantice que la apoyaría. Es un riesgo, sí, ya que no tiene garantizada una mayoría, pero es una necesidad ante la situación de bloqueo por la que atraviesa el país. La moción pondría a prueba la resistencia del bloque de investidura y obligaría a manifestar un rechazo explícito por parte de todos los partidos de izquierdas y nacionalistas (PP, Vox y UPN, lógicamente, la apoyarían), lo que pondría en apuros a Junts. En caso de que el bloque de investidura no se resintiera, el resultado de la votación sería de 171 votos a favor de la moción y 178 en contra (Ábalos ya no puede votar). Pero se podría dar la situación de que Junts se abstuviera, lo que daría un empate a 171 votos. No saldría la moción, ya que se necesita mayoría absoluta, pero daría una imagen patética del Gobierno. Descarto que Podemos haga caer a Sánchez, pero lo tendría en su mano, tanto si sus cuatro diputados votaran a favor como si se abstuvieran. En ambos casos, Feijóo saldría victorioso. Insisto en que no veo a Ione Belarra haciéndole esa jugarreta a Sánchez.

Manifestarse está muy bien, pero no es suficiente. Feijóo no puede dejar en manos de Junts la decisión de presentar ya una moción contra Pedro Sánchez

Feijóo debería dejar claro en su discurso ante el Congreso que su objetivo no es instalarse en el poder si gana la moción, sino que se compromete a convocar de manera inmediata elecciones generales para darle la voz al pueblo.

El objetivo, en todo caso, sería ganar políticamente el envite. Como hizo Felipe González cuando planteó la moción a Adolfo Suárez en mayo de 1980. Perdió, pero ganó. Poco más de dos años después recibió el respaldo mayoritario de los españoles con 10 millones de votos.

No incomodar ahora a Sánchez, que se conforma con ganar tiempo para ver si escampa, sería un error. La manifestación del domingo tiene que convertirse en la antesala de la moción de censura.

Hay dirigentes del PP en Génova que creen que una derrota de Feijóo sería "dar oxígeno" al presidente del Gobierno. Depende. Es en el debate, en el cuerpo a cuerpo, donde Feijóo tiene que demostrar que puede ganar, enviando a los españoles el mensaje de que un gobierno del PP no será un simple recambio, sino que garantiza un nuevo estilo, una nueva forma de gobernar, honesta y no sectaria. Sí, hay un riesgo. Pero no hay confrontación sin riesgo.

Si Feijóo no asume su papel como líder de la oposición, Santiago Abascal podría ganarle por la mano. ¿Qué haría Feijóo si el líder de Vox le pide prestados dos diputados para presentar la moción de censura, dado que se necesitan al menos 35 diputados para solicitarla y Vox sólo tiene 33? Si se niega, le estaría dando una baza a Abascal para seguirle robando votos; si acepta, le estaría cediendo la iniciativa y asumiría de facto una posición subsidiaria.

El momento, como él mismo reconoció en su declaración del pasado jueves, es histórico por su gravedad. Si se lo cree, debe adoptar una decisión acorde con ese diagnóstico.