La misiva que Carlos Puigdemont dice haber enviado a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en la que le expresa su disponibilidad a acudir al Parlamento para explicar, que no votar, su referéndum independentista no termina de llegar. Hasta ese momento, oficialmente no hay respuesta de la Cámara, aunque desde el Gobierno marcan la pauta al señalar de forma harto gráfica que "al Congreso no viene uno a hacerse selfies".  Moncloa entiende que no hay explicación posible que no pase por una votación, tal y como hizo el ex lendakari Juan José Ibarretxe.

La petición de Puigdemont va a dar más de un dolor de cabeza a Pastor. Fuentes del Parlamento admiten que la decisión en torno a si se aceptan la exigencias del catalán "es política" pero que, en todo caso, "debe tener un encaje reglamentario" ante el riesgo de "generar un precedente peligroso" que abra al puerta a que el Congreso se convierta en un escenario alejado de su labor constitucional. El apartado 2 del artículo 66 de la Carta Magna establece que "las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la Constitución" y, entre ellas, no está la de abrir el pleno "a un mitin político", señalan las distintas fuentes consultadas.

Lo cierto es que Puigdemont pide explicar su proyecto a los diputados, "aunque no dice que tenga que ser necesariamente en el pleno", y admiten que pocos argumentos tendría el Congreso para negar al PDeCat, llegado el caso, una sala del Parlamento para organizar una jornada, por ejemplo, sobre la España plurinacional en la que tomara la palabra el presidente de la Generalitat. Algo que sí prohibió el Senado por lo que el catalán acabó ofreciendo su conferencia en un espacio alquilado al ayuntamiento de Madrid. Pero otra cosa es darle categoría de acto parlamentario, lo que no encaja en el reglamento de la Cámara.

El PDeCat sondea otras posibilidades como llevar al presidente de la Generalitat a la comisión de Constitucional del Congreso, pero para ello necesitaría de una mayoría en la mesa de la comisión de la que carece por la más que previsible oposición de populares y Ciudadanos.

La Cámara no tiene claro que la petición del catalán "sea tema para debatir en la Mesa"

Aseguran los mismos medios que la carta del president no había llegado todavía ayer a la mesa de Pastor y que, por tanto, no se ha tomado ninguna decisión respecto a si hay que consultar a los servicios jurídicos del Congreso ni, tampoco que "esté claro que sea tema para que lo trate la mesa de la Cámara", aunque no descartan que en la reunión de hoy suscite el asunto algún grupo parlamentario. Cabe reseñar que el PP no tiene mayoría en la Mesa, pero Ciudadanos, tal y como dejó ayer muy claro su portavoz, la también líder de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, no acepta un formato que no pase por una votación final. Arrimadas le ha pedido "que vaya y acepte el resultado", de la votación, contra los "monólogos" a los que dice que éste está acostumbrado.

El Gobierno dejó clara su posición el pasado viernes y no es previsible que Pastor se aparte de ese camino. En un comunicado emitido a última hora de la tarde de ese día, tras conocerse el contenido de la misiva de Puigdemont, señalaba que éste "no pude condicionar ningún formato parlamentario relativo a su comparecencia", que corresponde decidir a la Cámara, "y mucho menos poner obstáculos a que el Congreso dé su opinión a través de una votación parlamentaria".

El Gobierno ha marcado el camino a Pastor al señalar que no puede haber comparecencia sin voto

Entiende el Ejecutivo que las votaciones "son precisamente la forma en que los legítimos representantes de la soberanía nacional expresan su posición política sobre los asuntos que afectan al conjunto del pueblo español". Ese fue, precisamente, el formato al que se acogió el ex lendakari Juan José Ibarretxe, que resultó derrotado por una aplastante mayoría, cosa que el catalán quiere evitar.

El portavoz del PP, Pablo Casado, criticó ayer que el presidente de la Generalitat "quiere venir a dar una suerte de conferencia" al tiempo que le exhortó a que presente su plan como "proposición de Ley" sin querer aventurar ninguna otra fórmula a la espera de lo que pueda decidir la Cámara.