La ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su esposo, Fernando Ramírez de Haro, se encuentran ingresados en un hospital de Madrid tras mostrar síntomas y haber dado positivo en las pruebas de coronavirus, según ha informado la agencia Servimedia y ha confirmado Onda Madrid.
Esperanza Aguirre, de 68 años, fue presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012 y se encuentra ingresada en un hospital de la red pública de la región junto a su marido, Fernando Ramírez de Haro, de 70 años. La pareja está casada desde 1974.
El de Esperanza Aguirre engrosa la ya larga lista de políticos que han dado positivo en las pruebas por coronavirus, aunque ninguno de ellos se encontraba hospitalizado hasta el momento. Es el caso de la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y del presidente catalán Quim Torra, así como del vicepresidente Pere Aragonès.
El primer positivo confirmado a nivel nacional fue el del secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith, al que siguieron posteriormente el de Santiago Abascal y varios diputados del Grupo Parlamentario. En el Gobierno, se han confirmado los positivos de la ministra de Igualdad Irene Montero y de la ministra de Política Territorial, Carolina Darías. También el de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, aunque tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias se han saltado ya en varias ocasiones la recomendable cuarentena.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Tumban 50 multas que un inspector puso a la cadena Primor
- 2 España se queda a oscuras: no recuperará la luz hasta esta noche
- 3 España comienza a recuperar la luz y las comunicaciones tras el gran apagón nacional
- 4 ¿Por qué Canarias y Baleares han esquivado el apagón?
- 5 Estos son los móviles que tendrán Internet gratis en todo el mundo
- 6 La energía hidráulica, solar y eólica, claves para acelerar la reposición energética
- 7 La Audiencia Nacional anula la retirada de las medallas de plata a seis comisarios jubilados
- 8 Estos son los posibles sucesores del Papa Francisco
- 9 Quiénes son los pesos pesados en el cónclave