El acuerdo supuso recomponer la debilitada relación PNV-Gobierno tras el pacto secreto entre PSOE, Podemos y Bildu para derogar la reforma laboral. La nueva prestación que hoy aprobará el Gobierno generará a la administración vasca un ahorro de cientos de millones, una noticia inédita en tiempos de crisis. La implantación del Ingreso Mínimo Vital ha abierto al mismo tiempo una vía para explorar a modo de ‘laboratorio de pruebas’ cómo podría ser la gestión del régimen económico de la Seguridad Social en manos de Euskadi.

La similitud y confluencia entre la medida que hoy aprobará el Consejo de Gobierno para ayudar a familias en situación de riesgo de pobreza, el IMV, y la prestación vasca, la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) -que ha inspirado la nueva prestación- que desde 1989 se abona en el País Vasco, permitirá a la Administración vasca ahorrar una parte importante de los 370 millones de euros anuales que tiene presupuestados para este año.

Así, de los cerca de 3.000 millones en los que se estima el coste de la medida en todo el país, Euskadi sólo sufragará 187 millones, el 6,24% de cuota que le corresponde en la financiación vía Cupo de las materias no transferidas. De este modo, la partida supondría un ahorro de 183 minores, de los que aún habría que rebajar los complementos que pueda aplicar para igualar algunas de las ayudas del IMV a la RGI.

Los algo más de 52.000 ciudadanos vascos que ahora perciben mensualmente la RGI son también en su inmensa mayoría los destinatarios de la ayuda que desde el 1 de junio comenzará a abonar el Gobierno de Pedro Sánchez: parados, trabajadores con bajos ingresos, familias en riesgo de exclusión, etc. De este modo, el grueso de la prestación para este colectivo correrá a cargo de la Administración central y el País Vasco sólo la completará hasta igualarla a la actual RGI, cuyas cuantías serán ligeramente superiores a las del IMV.

Un 50% más

En el caso del IMV, la ayuda se pagará por importes que, según las circunstancias familiares oscilará entre los 462 y los 1.015 euros al mes, frente a los entre 693 y los 1.074 euros mensuales que contempla la prestación vasca. De esta manera, la prestación mínima será un 50% más elevada en Euskadi respecto al fijado por el Ejecutivo central.

El Gobierno de Iñigo Urkullu ya ha avanzado que los actuales beneficiarios de la RGI no verán en ningún caso disminuida la cuantía de su ayuda. Junto a ello, quienes tengan derecho al IMV pero no cumplan los requisitos para la RGI, serán casos muy excepcionales y su financiación será íntegra con fondos del Estado.

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