Los fogones de MasterChef volvieron a encenderse este lunes. Pese a la nueva fórmula de emitir dos entregas semanales, la mecánica de la gala fue muy similar a la de las ediciones tradicionales... y, para desgracia de los espectadores, su horario también.

En el programa se pudo ver parte del casting final, resultado de una selección que contó con 70.000 personas; con gran presencia de historias dramáticas, como la de una superviviente del 11M, emociones, influencers... y candidatos que ansiaban un cambio de vida desde las cocinas.

Tras esta etapa, los seleccionados, lejos de descansar de la tensión de sus primeros contactos con el programa, se trasladaron al plató. Allí, los brazaletes negros del casting se enfrentaron a una prueba de eliminación que se saldó con la despedida del concursante Roberto.

"Me voy muy orgulloso de mí mismo, me lo tomo como un aprendizaje y me quedo con haber llegado hasta aquí. Ha sido una experiencia corta, pero intensa", dijo antes de marcharse definitivamente. Mejor suerte corrió Fray Marcos, quien, pese a lucir el malogrado brazalete, se salvó de la expulsión gracias a un plato protagonizado por la salsa Romesco.

"Los dominicos no tiramos la comida y comemos lo mismo prácticamente todos los días. Por eso, mi plato se llama Lomi", explicó, emocionado, al presentar su plato, despertando las carcajadas de todos los presentes en plató con su ingenio.

La suya fue una participación muy comentada desde que se anunció la semana pasada, el la presentación del talent de Shine Iberia. Según recogió en el evento Macarena Rey, CEO de la productora, su participación es la culminación de un largo proceso en el que el formato culinario buscaba incluir a un sacardote con el fin de reflejar la tradición gastronómica de la iglesia.

¿Quién es Fray Marcos?

Este Fraile Dominico de la Orden de los Predicadores es procedente de Mérida, Venezuela. Actualmente, es párroco de la iglesia de San Pedro Mártir, en la ciudad de Madrid. A España llegó en 2020. Eso sí, lejos de conformarse con la religión y con la cocina, es también comunicador y músico, tal y como muestra en sus redes sociales:

"El evangelio es aquí y ahora", reza también su descripción de Instagram, una plataforma en la que aglutina ya más de 10.000 seguidores. Según ha compartido El Nacional, desde muy pequeño quiso ser sacerdote, formándose académicamente como Licenciado en Comunicación Social, algo que le ha servido para cumplir su labor como representante de la Iglesia Católica, al utilizar herramientas comunicacionales para predicar el Evangelio, honrando su Orden de Predicadores.

De hecho, ya en MasterChef habló de un proyecto que aunaría dos mundos, a priori, muy distintos: "Fusionaría la cocina y la predicación: en un proyecto que se llama predicocinando. Soy periodista y locutor también. Y también canto boleros y rancheras". A la espera de conocer sus dotes musicales, lo que sí hizo el venezolano en cuanto pisó el plató fue bendecirlo.

"En Venezuela, ayudo a las dominicas venezolanas que tienen orfanatos. Desde MasterChef, busco ayudar a la sociedad a través de la esperanza. Que Dios todopoderoso bendiga este escenario, a los participantes y al equipo que está detrás de cámarsa con gozo. En nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo", dijo, justo antes de comenzar una prueba de la que salió victorioso.