Rodrigo Cuevas: "El pueblo es el único sitio en el que no me hacían 'bullying'"

De la controvertida entrevista a Yolanda Díaz, Lo de Évole pasa a tener como invitado a un perfil muy distinto, aunque también es del norte: el asturiano Rodrigo Cuevas. A sus 37 años, es una de las figuras más importantes del folk, aunque su propuesta va más allá de la música y se le puede considerar todo un showman.

A las 21:25 horas empezará una entrevista en la que será clave el mundo rural, al que el invitado separará de los prejuicios negativos. "Cuando era pequeño, la profesora me apartaba para que no se metieran conmigo. El pueblo es uno de los pocos lugares en los que no me han hecho bullying, la gente en el campo no es ignorante", dice en un avance publicado por La Sexta.

Su música se caracteriza por actualizar sonidos tradicionales, una manera de hacer que no se pierdan y que incluso lleguen a oídos nuevos, como ocurre con artistas como Rosalía o C. Tangana. En el caso del cantante de Oviedo, este puede presumir de que su música ha trascendido fronteras y se ha subido a escenarios de París, Miami o Dubai.

Pero si algo marcó un antes y un después en su trayectoria, fue Manual de Cortejo, disco que vio la luz en 2019 y en el que colaboró, por ejemplo, Raül Fernández Refree, productor también de Rosalía o Amaia. En él, versionaba coplas, fandangos, muñeiras o xiringüelus. Para ello, utiliza herramientas como la performance, el cabaret o la música electrónica.

Todo en él es híbrido: mezcla la pandereta con Tino Casal, lo antiguo con el glam, pone tachuelas a las monteras, fabas a las peinetas y mucho colorido. Igual emula a Freddy Mercury que a Beyoncé; pero con las madreñas puestas y con los habitantes de la aldea como compañeros de espectáculo.

En sus canciones es también imprescindible cierto halo de provocación y de conciencia social, luchando siempre por poner sobre el mapa la España vaciada que se resiste a desaparecer. De hecho, él mismo vive en una pequeña aldea asturiana de tan solo 13 habitantes, Caperea, perteneciente al concejo de Piloña.

Vive allí con su novio, dos burros, algunas gallinas y un perro, aunque en su día a día son imprescindibles sus vecinos y los lazos que hace con ellos. Y precisamente en su casa pasará tres días Jordi Évole, compartiendo con el artista las tareas del campo, la convivencia con los vecinos o el nuevo proyecto en el que está implicado: la recuperación de La Benéfica, un antiguo teatro que Cuevas pretende reabrir en Piloña para que la gente tenga una razón más para quedarse en el rural.