Sexo en Nueva York fue una auténtica revolución y continúa siendo icónica y un espejo en el que muchas mujeres ven reflejados elementos de su sexualidad", asegura la sexóloga del Museo Erótico de Barcelona (MEB) Sigrid Cervera.
Para ella, la revolución de la serie de HBO creada por Darren Star y protagonizada por Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis y Cynthia Nixon partió de su título. Sex and the city (El sexo y la ciudad). Se estrenó el 6 de junio de 1998. Fue una declaración de intenciones a finales de los años noventa e inicios de los dos mil. "¿Cómo no va a ser revolucionario si hoy por hoy tiene más connotaciones negativas y continuamos desconociendo a qué nos referimos?", se pregunta en conversación telefónica con El Independiente.
¿De qué hablamos cuando hablamos de sexo? A los "grandes malos", como la pornografía, y a los genitales, según ella. Cervera parte de la base de que el sexo es un macro concepto, o sea, inabarcable.
"En Sexo en Nueva York hay una fuerte visión de la sexualidad femenina. Hablar de sexo es hablar de relación, de amor, de erótica, de deseo, de amarnos, del arte de hacerlo, de cómo lo expresamos. En Sexo en Nueva York se habla de amor, de desamor, de infidelidades, de las relaciones en general. Es cierto que una de las prácticas estrella en la serie es la penetración perianal vaginal, pero también tiene escenas de cunnilingus", comenta.
De hecho, la columna que escribe la protagonista, Carrie Bradshaw, se llama Sex and the city (El sexo y la ciudad), pero habla, sobre todo, de sus citas y relaciones sentimentales. "Estamos hechos para buscarnos y encontrarnos. Somos personas sexuadas desde el momento de la concepción hasta que nos morimos. No podemos ser asexuados", resume Sigrid Cervera.
La sexóloga fija tres conceptos: sexo, reproducción y clase. "La penetración perianal vaginal está muy jerarquizada socialmente desde hace años y años y años. El sexo estaba absolutamente identificado con la reproducción. Habrá parejas que en su proyecto estará el tener hijos y habrá que no", profundiza.
La maternidad es, con el paso de las temporadas, uno de los pilares de Sexo en Nueva York. "Forma parte de la violencia hacia muchas mujeres. Está el personaje de Charlotte, que lo tiene muy claro. Está el personaje de Miranda, centrada en su éxito profesional, y de repente le sobreviene la maternidad que ni se lo había planteado y al final decide tirar adelante con todo lo que supone"
Las mujeres, cuando llegan a cierta edad e inician una relación, tienen que plantearse si quieren ser madres
"Y Carrie, cuando conoce al artista ruso en la temporada final, él ya tiene un hijo y ella está cerca de la cuarentena. Él pregunta a Carrie si se ha planteado ser madre porque él tiene claro que no tendrá más hijos. En ese capítulo sí se plantea esa presión social. Las mujeres, si tienen una [cierta] edad e inician una relación, tienen que plantearse si quieren ser madres o no. O sea, era un diálogo muy, muy avanzado en su momento", sentencia la sexóloga.
Si el sexo es una de las patas de Sexo en Nueva York, la moda es la otra. Da fe de ello la periodista Ariadna Alcañiz. "Desde la primera temporada se dio mucha importancia por la construcción de los personajes. Hasta entonces, la moda era secundaria; acompañaba y representaba la época. Con el personaje de Carrie se intentó que la moda fuera parte de ella. Ella representa el estilo individual con la mezcla de vintage. Fue pionera en hacer atractiva la ropa de segunda mano. Esto en los años noventa no estaba tan de moda como ahora"
Carrie sigue siendo un icono con 'looks' muy personales que podrían llevarse ahora
Ariadna Alcañiz
"Hubo mucho trabajo para conseguir el look de la intro, el tutú, que podría resistir el pase de temporadas. Sexo en Nueva York fue pionera en que la moda fuera importante en el relato. A partir de la tercera temporada, cuando a ellas les va mejor económicamente [y la serie es un éxito de crítica y público], entran muchas marcas de lujo. Carrie ya se había convertido en un icono y sigue siéndolo hoy por hoy con looks muy personales que podrían llevarse ahora", explica.
Muy recordado es el naked dress que viste Carrie en una cita con Big (Chris Noth). "Minimalismo puro de los noventa", aclara Alcañiz. "Para mí, Carrie no va [hecha] un cuadro. Es look personal. Bueno, a lo mejor, al final, sí es más exagerado, pero había un equilibrio y una intencionalidad, y muchos elementos de su estilo se van viendo temporada tras temporada. Los pantalones megacortos, por ejemplo. Carrie ha llevado de todo porque es lo divertido", reivindica.
Si hay un nombre que reivindicar también es el de Patricia Field. Vestía ella a las protagonistas de Sexo en Nueva York. Se adelantaron a fenómenos como los bolsos estrellas de las marcas (It bag) con el Baguette de Fendi. A medida que la serie se hacía más popular, los looks ya eran "de pasarela 100%". Ganaba la serie y ganaban las marcas. El clímax fue el vestido de novia de Carrie diseñado por Vivienne Westwood.
Sarah Rippert, directora del Museo Erótico de Barcelona, aporta otra visión sobre Sexo en Nueva York: "Esta serie mostró por primera vez y abiertamente a varias mujeres –cuatro en este caso– independientes, que tienen sus propias vidas, que tienen citas, que se lo pasan bien y han escogido a este círculo como su familia. Es tan fuerte su amistad que se ayudan en cualquier momento, pase lo que pase; ellas son su red de apoyo. Esto era algo novedoso cuando se estrenó la serie. Seguramente era un superestereotipo, pero era la primera [serie] que se atrevió a poner unos roles así. Son totalmente distintas [entre ellas] y aún así, son amigas y están la unas para las otras cuando pasan cosas graves".
"La base de Sexo en Nueva York es cuatro mujeres hablando de hombres, de sexo y de todas sus experiencias. Por eso engancha y enganchó tanto en su momento. Si estuvieran todo el tiempo hablando de hijos y familia, a lo mejor hubiera sido una serie más y no una que dio pie a que luego hubiera tantas más de este tipo. Sexo en Nueva York demostró cómo hablamos entre amigas sobre sexo", amplía. Recuerda Rippert que el sexo es mucho más que la penetración: una mirada, un toque... "Todo puede ser sexo", concluye.
"El éxito de estas mujeres es que, tengan el trabajo que tengan, se sienten bien con él y les permite vivir su propia vida sin depender de nadie, de un hombre. Una es abogada. La otra, columnista. Ambas se sienten realizadas", sentencia.
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