Rotundo éxito de La viuda negra, la película basada en el crimen de Patraix, en Netflix. El largometraje de Bambú Producciones (La Promesa), dirigido por Carlos Sedes (Manual para señoritas) y estrenado a nivel mundial el pasado viernes 30 de mayo, ha logrado el número uno en España y otros 55 países, inclusive Estados Unidos y Reino Unido. En otros 19 países, La viuda negra fue la segunda película más vista durante el fin de semana. Habrá que esperar al próximo martes 2 de junio para tener los datos oficiales en la mano.
A diferencia de otras series basadas en crímenes reales (El caso Asunta, El cuerpo en llamas), Netflix y Bambú optaron por el formato largometraje para contar, a través de la perspectiva de tres personajes clave, un crimen que tuvo lugar en un barrio de Valencia a mediados de agosto de 2017 y cuyo juicio no se celebró hasta octubre de 2020.
Qué es real y qué no en La viuda negra
Ivana Baquero (El laberinto del fauno, Alta mar), Tristán Ulloa (Berlín, El caso Asunta) y Carmen Machi (Aída, Celeste) son María Jesús Moreno 'Maje', Salva y la jefa de Homicidios que investiga –investigó– el asesinato de Antonio Navarro, ingeniero de 35 años natural de Novelda (Alicante). Álex Gadea (El secreto de Puente Viejo) interpreta a la víctima. Ni su asesinato ni su cadáver aparecen en pantalla.
Mientras que los guionistas de La viuda negra mantienen los nombres de sus protagonistas, Maje (Ivana Baquero) y Salva (Tristán Ulloa), el personaje de Carmen Machi –jefa de la investigación– se llama Eva, aunque en la vida real se trate de Esther Valverde. Se trata del mismo proceder que con el personaje de Bernardo, el subinspector asesinado durante otra operación policial, al que interpreta Pepe Ocio.
Tras casi 120 minutos, La viuda negra termina con sendos protagonistas, Maje y Salva, entrando en prisión a principios de 2018. En la ficción, se pregunta a ambos por su estado civil. Él está casado; ella es viuda. Así acaba la película.
La condena tardó casi tres años en llegar, aunque el jurado popular, compuesto por 9 miembros, tardó tan sólo 7 horas en tener claro su veredicto. Fue unánime. Maje y Salva fueron condenados finalmente –la última palabra la tuvo el magistrado presidente del tribunal superior de Justicia de la Comunidad Valenciana– a 22 y 17 años de prisión por el asesinato a puñaladas de Antonio. A Maje se le sumó el agravante de parentesco.
Ambos permanecieron en la prisión de Picassent (Valencia). Durante los siguientes meses trascendió que Maje mantuvo relaciones sexuales con otros reclusos, incluso en zonas comunes. En 2023, Maje fue madre, fruto de su relación sentimental con un recluso, también condenado por asesinato, llamado David. La previsión es que él salga antes de la cárcel mucho antes que ella. Ambos se conocieron –según detalló el periodista Miquel Valls– en la iglesia del centro penitenciario. Trasladaron a Maje a la cárcel de Foncalent, al módulo de maternidad, donde podrá estar con su hijo/a hasta los 3 años. Mientras, Salva ejercía como bibliotecario del módulo de la prisión de Picassent.
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