Quien mal anda mal acaba. Dos veces postergó RTVE el estreno de La familia de la tele, magacín para las tardes de La 1 con el núcleo duro de Sálvame. Primero fue la muerte del Papa; después, el gran apagón. Se hizo de rogar La familia de la tele, cuyo desfile a las afueras de los estudios de Prado del Rey se celebró a bombo y platillo el 5 de mayo. Unos les recibieron con los brazos abiertos; otros con el cuchillo entre los dientes. Motivos varios había.
El más evidente era contratar los servicios de aquellos que durante 14 años habían representado con orgullo la telebasura, un concepto ya de por sí caduco. Sálvame había sido la espina dorsal de Telecinco durante más de una década. Como todo éxito, inesperado este además, tuvo un sinfín de esquejes con sus presentadores y colaboradores, aupados a la categoría de personajes: Sálvame Deluxe, Sálvame Fashion Week, Sálvame Okupa, Las bodas de Sálvame, La última cena... Para bien y para mal, Sálvame marcaba el paso y la agenda de una Mediaset España gobernada por Paolo Vasile. En Sálvame pasaron de comentar las revistas a protagonizar sus portadas. Hasta Supervivientes sucumbió, a partir de 2011, a la salvamización con la elección de Jorge Javier Vázquez como presentador.
La familia de la tele era, por tanto, un encaje de bolillos. Una cosa era tener a Lydia Lozano bailando en prime time y otra tener a la plana mayor lavando los trapos sucios, por mucho que arroparan a María Patiño con los milenial Inés Hernand y Aitor Albizua. Baladí no fue la contratación, a finales de 2024, como director de TVE a Sergio Calderón, ex directivo de Divinity y otros canales de Mediaset que había recalado pocos meses atrás en Fabricantes Studio (Ni que fuéramos Sálvame). Dos más dos son cuatro... o cinco, en este caso.
Un coste controlado... pero con dinero público
Otro motivo de malestar entre los trabajadores de RTVE era el económico. A la espera de la actualización en junio de los contratos de producción audiovisual de la Corporación, el gasto de La familia de la tele ascendía a 5.354.192 euros. Lo firmado, allá por marzo, fue la producción de 65 programas de La familia de la tele a cargo de La Osa Producciones Audiovisual (antigua Fabricantes Studio, fundada tras el cese de actividades de La fábrica de la tele, productora de Sálvame). O sea, 82.372 euros cada uno. No era un coste desorbitado y un magacín siempre será más barato que un serial de época, cuyos estándares de producción son comprensiblemente más elevados.
La intención de RTVE era reducir costes y producir un programa río desde primera hasta última hora de la tarde. Cuanto más largo, más barato. Calderón argumentó además la necesidad de abrir una ventana al directo y a la actualidad. Ganaban todos. La familia de la tele iba a empezar en torno a las 16.00 horas (para ello se acortó la primera edición del Telediario, la desconexión territorial y el parte meteorológico) e iba a durar hasta las 20.30 horas, momento para Aquí la Tierra. Y entremedias, las series diarias de época Valle Salvaje y La Promesa.
Sálvame, en sus más de 14 años de emisión, también había convivido con otros formatos como la serie diaria Yo soy Bea o el concurso Pasapalabra. Sin embargo, Sálvame engulló la tarde y llegó a durar 5 horas al día. Sálvame limón, Sálvame naranja, Sálvame tomate, Sálvame sandía... Cada versión frutal tenía su cabecera y, por tanto, un inicio y un final. Aquella división tenía dos propósitos: adaptarse al horario protegido para menores (de 17 a 20 h.) y así evitar sanciones de la CNMC, y medir mejor su audiencia de cara a los anunciantes.
Audiencias maquilladas por los seriales
Así que hecha la ley, hecha la trampa con La familia de la tele. Como en todo contrato, cadena y productora establecen unos parámetros para rescindir el mismo. Si La familia de la tele bajaba del 8% de cuota de pantalla durante diez días consecutivos, RTVE tenía la potestad de cancelarlo. En estos casos, no importa tanto el número de espectadores como el porcentaje. Al integrar los seriales en el magacín, la Corporación protegía a La familia de la tele y maquillaba sus paupérrimas audiencias. Vayamos, por ejemplo, al 12 de mayo. Aquel día, Valle Salvaje y La Promesa pulverizaron su récord de share: 12,5 y 17%. Tales datos (excelentes) auparon a que La familia de la tele registrara un 10,1%. Pero la verdad era otra. El primer tramo del magacín registró un 7,7% y el segundo tramo, un 5,7%.
Habían transcurrido sólo siete días desde su estreno. Si no habían logrado el efecto llamada en su polémico debut, ¿cómo hacerlo con unos titulares negativos?
Aquella misma semana, el director de La familia de la tele, David Valldeperas, recurrió a lo que mejor sabían hacer: teatro. Y Belén Esteban amagó en directo con abandonar el programa. Lo que un día fue genuino (pongan todas las comillas necesarias) se antojaba ahora artificial. Aquel 15 de mayo, Valldeperas avisó a navegantes: al final de la tarde, la cúpula de RTVE iba a bajar a plató. No pasó. Al día siguiente se comunicaron los cambios pertinentes. Y al siguiente hicieron la previa de Eurovisión.
Fue un divorcio. El primer tramo de La familia… se lo quedaba María Patiño e iba a centrarse en la información 'rosa'. El segundo, a cargo de Inés Hernand y Aitor Albizua, se centraría en sucesos. No cuajó la improvisada propuesta. La familia de la tele mutaba cada día (una tarde era puro Sálvame y al siguiente Zapeando) y su audiencia era cada vez menor hasta el punto de que, durante algunos tramos, le superaba Cuatro, laSexta e incluso La 2 gracias a Malas lenguas. Llegó un punto en que hasta La Promesa pegó un bajón de audiencia como entremés del magacín. TVE no podía poner en riesgo su contenido más visto.
Se paga lo que se produce
Primero llegó la cancelación del segundo tramo de La familia de la tele en su cuarta semana de emisión; después, la cancelación del primer 'acto' que, durante sus últimos días, había ocupado la antigua franja del segundo. Un mareo. Un sinsentido. 32 programas duró en total La familia de la tele, menos de la mitad de lo contratado inicialmente. ¿Y ahora qué? Fuentes internas de RTVE son tajantes: se paga lo que se produce. Fin. Con la cancelación anticipada de La familia de la tele, la Corporación se ahorra los costes de personal, de colaboradores, de presentadores… Habrá que hacer una liquidación de lo que esté pendiente de amortizar dentro del presupuesto. O sea, no le habrá costado La familia de la tele a RTVE los más de 5,3 millones de euros estipulados en Transparencia.
Está por ver también cuántos miembros de La familia de la tele recalarán en otros espacios de la cadena. Algunos como Lydia Lozano, Chelo García-Cortés, Víctor Sandoval, Alba Carrillo y Javi de Hoyos ya se habían dejado ver en Bake Off, Mañaneros y D Corazón. Otros, quizás, hagan el camino de vuelta y se reincorporen a Tentáculos, el espacio que produce La Osa, emite el canal Ten (Grupo Secuoya) y presenta Carlota Corredera. Bicho malo...
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