Hablamos con Paul Urkijo Alijo y Yune Nogueiras, director y actriz de la película Gaua, a partir de hoy en cines. El filme, el tercero de este cineasta tras Errementari (El herrero y el diablo) e Irati, transcurre en el País Vasco del siglo XVII. Nogueiras, natural de Vergara, Guipúzcoa, interpreta a una joven a la que, en su huida en la noche, perseguirá una criatura. Pronto se topará con tres brujas, a las que dan vida Ane Gabarain, Elena Irureta e Iñake Irastorza.
La película, defiende su director y guionista, es un homenaje a las leyendas nocturnas de la mitología vasca, como Gaueko. Demonios, espíritus, brujas… Gaua es una rareza en nuestro país como cine de terror y, sobre todo, de fantasía. En esta ocasión, la expresión 'nada es lo que parece' sí hace justicia a una película, Gaua (La noche), que pretende superar a Irati como la película en euskera más taquillera de la historia.
Aquella, bajo distribución de Filmax, recaudó casi un millón de euros gracias a las 157.586 entradas vendidas. Irati fue la 19ª película española más vista en 2023, por delante de títulos de mayor calado como 20.000 Especies de abejas, Saben aquell, Te estoy amando locamente y Cerrar los ojos.
Un canto a la libertad con Zugarramurdi de trasfondo
Pero vayámonos a Gaua. "Ese imaginario de los aquelarres parte de las mentiras que contaron los inquisidores en el siglo XVII, pero hoy son parte de la mitología", presenta Paul Urkijo Alijo en conversación con El Independiente. Gaua, en cierto modo, se sube al tren de la bruja, de su resignificación desde mediados del siglo XX. "En nuestra mitología, las brujas no son malas. Representan la rebeldía, la otredad, quien se enfrenta al statu quo", comenta el cineasta, cuyo cuarto largometraje ahondará nuevamente en la mitología vasca, sello de identidad de su filmografía.
Con esa tradición y ese imaginario en mente, Gaua es "un canto a la libertad". Quien esté familiarizado con el paisaje reconocerá enclaves como Artikutza. La acción transcurre en Xareta, la zona de Zugarramurdi y Urdazubi, donde sucedió el caso de las brujas de Zugarramurdi y el proceso de Logroño.
Errementari, Irati y Gaua
"Hemos rodado mucho de noche, casi todo en localizaciones naturales. Yo busco ese punto físico, real. Al final, un bosque está lleno de criaturas, espíritus, y eso enriquece un montón el plano. Para la secuencia final del aquelarre sí creamos un plató con más de 170 árboles para realizar ese plano secuencia loco con tantos figurantes", explica. Si Errementari, ambientada en un pueblo alavés en 1843, era su personalísimo homenaje a este cuento de demonios (una cinta de "tono más socarrón, quijotesco"); Irati, más "épica y romántica", ambientada en el año 778, fue "un canto de amor a la naturaleza, a las deidades vinculadas a la madre Tierra". He ahí Mari, Basajaun y Las Lamias.
"La noche, por un lado, es un espacio terrorífico donde no ves y puedes desaparecer, donde se esconden las criaturas raras, feas, monstruosas. Pero es también un lugar de protección donde se pueden esconder esos incomprendidos. Detrás de esas criaturas grotescas que hay en el género fantástico siempre hay alguien que tiene un corazón, un problema. Gaua habla de todos esos prejuicios que tenemos en la sociedad, que nos dice que tenemos que seguir el camino recto de la luz bajo el sol omnipresente. Y si te sales de ese camino, eres mala persona. Pero a veces hace falta que te desvíes del camino, te adentres en la oscuridad, te enfrentes a tus propios miedos y te aceptes. Bajo la luz de la luna descubres que todos somos perfectos y bellos", explica Paul Urkijo Alijo.
Un cuento desordenado
Él llamó a la actriz Yune Nogueiras (Akelarre, Intimidad, La infiltrada) para ofrecerle el papel protagonista, Kattalin, cuyo viaje de heroína es básicamente el argumento de esta fantástica y terrorífica película de 90 minutos. Uno de los aspectos más difíciles para la intérprete es que no está contada cronológicamente; otro contar es que –casi– ninguna película se rueda de manera cronológica. Así que la joven actriz, que aquí hace de esposa que huye de su hogar, se hizo su propio guion con el orden ‘natural’ de las secuencias.
"Vemos un personaje totalmente oprimido al principio que se adentra en la noche. Ella sale de ahí en busca de autoconocimiento y libertad. Gaueko [dios de la noche] le hace adentrarse en la oscuridad y, de alguna manera, avanzar. Cuando ella quiere volver al caserío, se encuentra con una sombra y huye de ella. Pero eso la empuja a seguir su camino hasta el lavadero donde se encuentra con tres señoras", avanza Yune Nogueiras en conversación con El Independiente.
No es Gaua, defienden sus responsables, una película de terror per se. No hay sólo sustos. Es una película de fantasía, oscura, ambientada en el siglo XVII, que es homenaje a nuestro imaginario de brujas, aquelarres, espíritus nocturnos… También a la figura del cuentacuentos alrededor de una hoguera, pero Gaua ofrece progresivamente que hay trampa en su división por fascículos.
Tráiler de Gaua en versión original (vasco) subtitulada al español
Su director reconoce que estamos más acostumbrados a consumir películas de género como terror y fantasía que vienen de fuera. "Tenemos el complejo de que lo nuestro no mola tanto, pero para mí mola muchísimo más", asevera Paul Urkijo Alijo (41). Él no cree que su nuevo largometraje hable de la religión, sino más bien de la represión y la violencia que generan ciertos poderes a ciertos colectivos: "La Inquisición, sobre todo, golpeó a las mujeres".
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