El valle de Soba, reconocido como "el Himalaya de la espeleología" por sus complejas formaciones kársticas y profundas simas, fue escenario del rescate de un senderista que sufrió un golpe de calor durante su actividad en la montaña.
Esta región del sureste de Cantabria, atravesada por el río Gándara y caracterizada por sus paisajes modelados por glaciares antiguos, presenta condiciones particulares que pueden resultar desafiantes para los excursionistas durante los meses de mayor calor, según informa Europa Press.
El rescate se desarrolló en una zona donde las temperaturas pueden alcanzar valores extremos, como los 34 grados registrados en algunas áreas de Cantabria durante episodios de calor intenso.
Los servicios de emergencia del 112, que coordinaron más de 79.000 intervenciones en Cantabria durante 2024, respondieron rápidamente al incidente.
El golpe de calor representa una emergencia médica crítica que se produce cuando los mecanismos compensatorios del cuerpo para disipar el calor fallan, elevando sustancialmente la temperatura corporal por encima de los 40°C.
Los síntomas incluyen alteración del estado mental, piel caliente y seca, confusión, pérdida del conocimiento y, en casos severos, fallo multiorgánico.
Esta condición puede desarrollarse en cuestión de minutos u horas, manifestándose inicialmente como sudoración excesiva, fatiga, mareos, dolor de cabeza intenso y náuseas.
La gravedad del cuadro radica en que activa una respuesta inflamatoria sistémica que puede afectar múltiples órganos, incluyendo el sistema nervioso central, hígado, riñones y corazón .
Durante el rescate, los equipos especializados siguieron protocolos establecidos para este tipo de emergencias en montaña.
El tratamiento inmediato del golpe de calor supone una urgencia vital, siendo fundamental conseguir el enfriamiento del paciente lo antes posible.
Las acciones de primeros auxilios incluyen trasladar al afectado al lugar más fresco disponible, retirar ropa innecesaria, aplicar compresas frías en frente, cuello y axilas, y proporcionar agua a pequeños sorbos si la persona está consciente.
Mientras tanto, es crucial llamar inmediatamente al número de emergencias 112 para solicitar asistencia médica especializada.
La mejor estrategia contra el golpe de calor es la prevención.
Los expertos recomiendan iniciar las rutas temprano en la mañana para evitar las horas de mayor calor, usar ropa ligera de algodón que permita la transpiración, llevar gorra y protección solar, y mantener una hidratación constante con al menos tres litros de agua.
Es fundamental llevar un kit de primeros auxilios, manta térmica, linterna y mapa físico en cualquier excursión.
Los senderistas deben evaluar las condiciones meteorológicas antes de iniciar la ruta y conocer las señales de emergencia internacionales: tres pitidos de silbato o tres destellos de luz intermitentes .
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