La formación de hongos en tallos y hojas puede suponer un verdadero peligro para cualquier planta en poco tiempo, lo que provocaría un desarrollo sea lento y complicado. Estos microorganismos, que son prácticamente invisibles en sus fases iniciales, acaban formando una especie de revoco oscuro que impide que se desarrolle correctamente las primeras fases de la fotosíntesis y hace peligrar toda la vegetación. Sin embargo existe un remedio casero para prevenir y contrarrestar la problemática, un vaso de leche. Junto con las medidas habituales para cuidar las plantas cada día asegura que estas sean más resistentes y un jardín más limpio y sano.

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Por qué los hongos atacan a las plantas

Los hongos se incrustan en la superficie de las plantas y una vez ahí, forman una película que impide la entrada de luz a la vez, lo que reduce la capacidad de generar energía. Esto provoca que las hojas pierdan su color natural, que se enrollen o que caigan prematuramente.Si no se realiza un tratamiento inmediato, la incidencia puede propagarse al tallo y a las raíces, con la consiguiente dificultad en la recuperación de la planta, incluso si se aplica en un momento posterior.

Relación entre hongos y plagas

La mayoría de las veces la existencia de los hongos se relaciona con las plagas, ya sean pulgones o cochinillas; los insectos liberan líquidos azucarados que permiten la propagación del hongo. De manera que, si no erradicamos la plaga, los hongos pueden reaparecer en los tratamientos de la planta, así que es importante realizar un tratamiento de forma combinada y no solamente un tratamiento superficial.

Leche para plantas como fungicida natural

El tratamiento se prepara muy fácilmente, con 125 mililitros de leche, una cucharadita de bicarbonato y medio litro de agua. Una vez preparada la mezcla, basta con agitarlo bien y aplicarlo en forma de pulverización, sobre las hojas que hemos ido identificando. Es mejor llevar a cabo la propuesta al anochecer, cuando ya no le da la luz la planta; la repetición del tratamiento se hace 3 veces por semana, hasta que el aspecto de la planta y el crecimiento habitual se recuperen.

Por qué funciona la mezcla

La leche contiene compuestos que forman una barrera al desarrollo de los hongos, mientras que el bicarbonato modifica el pH superficial de la hoja y es por tanto un medio no favorable para su desarrollo. Combinando ambos ingredientes, se consigue una eliminación del hongo, así como también prevenir la aparición de nuevas infecciones y sin afectar a la planta. Por último, ambos ingredientes al ser también productos naturales, son seguros tanto para el medioambiente como para nuestros cultivos comestibles.

Otra forma de proteger a las plantas

Si la situación no es extrema, se puede limpiar las hojas con un paño suave y agua, de forma que se separe el hongo. La poda leve de las partes afectadas también puede prevenir su diseminación, si bien conviene deshacerse de hojas caídas y restos vegetales, ya que pueden contener esporas restantes y, por tanto, establecer focos de reinfección.

Control de humedad y ventilación

Un espacio con elevada humedad ambiental y escaso movimiento de aire favorece el crecimiento de hongos; por lo que, es preferible no regar en exceso, incluso, en el sustrato debo evitar encharcamientos, además de asegurarme que existe movimiento de aire entre las plantas sembradas; en caso de macetas y cultivos interiores el hecho de que las plantas vayan situadas en lugares con buena iluminación y con corrientes suaves de aire reduce el riesgo de infección, además de favorecer la estabilidad en la temperatura.

Con este remedio sencillo, a base de leche y bicarbonato, y aplicando un buen mantenimiento de las plantas, conseguimos mantener nuestras plantas saludables y libres de hongos sin recurrir a productos químicos agresivos. La clave es combinar prevención y remedio natural para mantener un jardín fuerte y resistente durante todo el año, dándole belleza y vitalidad incluso en los meses de mayor humedad.

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