Cuando un cuchillo ha perdido su filo, por simple que sea lo que se quiere cortar en la cocina, puede llegar a complicarse de manera considerable; el simple hecho de tener que cortar un tomate o una cebolla puede suponer una desesperación si la hoja ya no deslizara con suavidad. En caso de no contar en casa con un afilador, se ha hecho viral una técnica casera, rápida y efectiva para hacer que el cuchillo vuelva a cortar: basta con una taza de cerámica, un poco de cuidado y menos de un minuto.

Cómo afilar cuchillos con una taza

El secreto reside en el característico anillo de cerámica no esmaltada que habitualmente encontramos en la base de numerosas tazas. Esa parte rugosa actúa de piedra similar a la de los afiladores, ofreciendo la posibilidad de recuperar el máximo rendimiento del cuchillo con unas cuantas pasadas. Coloca la taza boca abajo sobre un paño húmedo, doblado de tal forma que no se deslice por la inercia. Así, conseguirás una superficie estable y segura para trabajar.

Preparar la superficie y encontrar el ángulo ideal

Primero hay que asegurarse de que la taza esté limpia y seca, y después hay que sujetar el cuchillo en un ángulo de aproximado de 15 a 20 grados sobre la cerámica; mantener esta inclinación es muy importante, ya que si se inclina demasiado el cuchillo, se daña el filo, y si se mantiene demasiado plano el resultado será ineficaz; un truco fácil para aquellos que tienen dificultad de manejar el cuchillo en una posición inclinada, es apilar dos monedas entre la hoja y el borde de la taza, logrando así el ángulo adecuado.

Cómo afilar los cuchillos

Precisión y sin mucha excesiva

Una vez este todo listo, pasa la hoja del cuchillo por el borde cerámico desde la base a la punta. No hay que ejercer mucha presión, la que se aplicaría si se intentara cortar una fina lamina de la taza. Pásalo entre cinco y diez veces por el canto del filo a ambos lados. El sonido que produce debe ser suave y, si chirría, es porque estás ejerciendo demasiada presión.

El toque final para un filo limpio y uniforme

Después de afilar, es habitual que se queden restos pegados en el borde del cuchillo: para eliminarlos, desliza con suavidad la hoja al borde de un cartón grueso o el lomo de un libro de tapa dura. El efecto de este último pulido es dejar el filo más uniforme y listo para su uso. Por último, se debe limpiar el cuchillo con un paño húmedo para eliminar la posible viruta metálica o cerámica.

Mantenimiento de los cuchillos

Evita errores que desgastan el filo

Si bien el procedimiento casero resulta eficiente, no se recomienda usarlo en cuchillos de sierra ni aplicar una presión excesiva. No descartes en ningún caso, la posibilidad de un afilado profesional si la hoja está "desdentada". El truco de la taza es una forma de solucionar cualquier necesidad puntual o urgencia, pero no es recomendable que se adopte como solución habitual.

Cómo conservar el cuchillo afilado

Lo más recomendable es guardar los cuchillos en un bloque de madera o envolver la hoja en una funda protectora para evitar el roce entre las hojas; también se deben lavar los cuchillos a mano y secarlos inmediatamente, evitando meterlos en el lavavajillas. Con estos consejos, el filo del cuchillo durará más y bastará con algunas pasadas ocasionales en la taza para mantenerlo.

Este truco casero tan simple muestra que no hacen falta herramientas para mantener los utensilios de cocina. Con una taza común, y utilizando un poco de técnica, se consigue en segundos que los cuchillos vuelvan a estar afilados.