La Dirección General de Tráfico (DGT) ha anunciado un nuevo modelo de regulación pionero que ya afecta a unos 250.000 conductores en España: el sistema de limitaciones personalizadas. Lejos de representar una sanción, esta medida busca ajustar la conducción a las capacidades individuales de cada persona, garantizando que la movilidad se mantenga dentro de los márgenes de la seguridad vial.

Estas limitaciones se consignan mediante códigos numéricos en la sección 12 del permiso de conducir, configurando una especie de "conducción a medida" adaptada a las condiciones del titular.

Perfil propio para cada conductor

El propósito de este sistema es prevenir riesgos al volante mediante la personalización del permiso de conducción según las condiciones físicas, sensoriales o cognitivas de cada conductor. La aplicación de estas limitaciones se determina tras un reconocimiento médico y psicotécnico exhaustivo, en el que los especialistas valoran si es necesario imponer restricciones para garantizar la seguridad.

De esta manera, la medida de la DGT no pretende excluir a los conductores, sino compatibilizar su derecho a la movilidad con la protección vial, adaptando las condiciones de circulación a sus circunstancias personales.

Códigos que garantizan una conducción segura y responsable

Las limitaciones personalizadas se expresan mediante una serie de códigos normalizados que aparecen en el permiso de conducir. Entre los más frecuentes se encuentra el Código 61, que autoriza únicamente la conducción diurna y suele aplicarse a conductores con dificultades de visión nocturna. El Código 62 establece una restricción geográfica, impidiendo circular más allá de un determinado radio desde el domicilio habitual. Por su parte, los códigos 01 y 02 obligan al uso constante de gafas o audífonos, según las necesidades de cada persona.

En algunos casos específicos, la normativa contempla también la posibilidad de que el conductor deba ir acompañado para garantizar una conducción segura. Cada uno de estos códigos busca equilibrar la independencia del ciudadano con la responsabilidad en la carretera, adaptando las condiciones de conducción a las capacidades reales del titular.

La DGT subraya que el derecho a la movilidad sigue plenamente vigente, pero siempre bajo el principio de máxima seguridad. El sistema de limitaciones personalizadas refuerza la idea de que conducir no es un derecho absoluto, sino una actividad condicionada por la aptitud y el cumplimiento de las normas de seguridad.

España se encuentra entre los países europeos más avanzados en la integración de salud y seguridad vial, gracias al trabajo de los centros de reconocimiento médico autorizados, encargados de evaluar la aptitud de los conductores de forma objetiva y periódica.

Posibles medidas para el futuro

Aunque el sistema ya está operativo, la DGT mantiene abierto el debate sobre la necesidad de actualizar y endurecer los criterios de evaluación. Entre las propuestas que se estudian se encuentran aumentar el nivel de exigencia de las pruebas psicotécnicas y reducir la vigencia del permiso de conducir a dos años para las personas mayores de 65 años. Sin embargo, estas medidas aún no han sido aprobadas oficialmente y permanecen en fase de análisis.

El organismo insiste en que cualquier cambio deberá preservar el equilibrio entre seguridad y autonomía personal, evitando toda forma de discriminación por edad o condición médica.

Movilidad a medida para todos

El sistema de limitaciones personalizadas representa un avance significativo en materia de seguridad vial y movilidad responsable. Gracias a su enfoque individualizado, permite que los conductores con ciertas limitaciones continúen conduciendo, pero en condiciones adaptadas a sus capacidades.

Esta política no solo mejora la prevención de accidentes, sino que también promueve una movilidad más inclusiva y consciente, reafirmando el compromiso de la DGT con una conducción segura, responsable y accesible para todos los ciudadanos.