El año 2026 supondrá un importante cambio en la señalización de averías y accidentes de tráfico en las carreteras de España: la baliza V-16 será el único elemento preceptivo. Sin embargo, los responsables en seguridad vial consideran que este avance tecnológico no es suficiente para cubrir todos los posibles escenarios. Por esta razón, la Guardia Civil recomienda mantener una estrategia de prevención más amplia, en la que los sistemas tradicionales deben seguir teniendo un protagonismo importante en la señalización de averías y accidentes de tráfico para reducir los riesgos inherentes de las carreteras, mejorar la visibilidad y evitar accidentes secundarios.
Los triángulos de emergencia junto a la baliza V-16
La baliza V-16 incrementa la seguridad al permitir que el vehículo detenido sea señalizado sin la necesidad de salir del interior del coche. Pero su destello no es eficaz en ciertas situaciones. Los cambios de rasante, las curvas cerradas o los días soleados pueden dificultar que otros conductores adviertan el aviso luminoso, lo que deja mermada su capacidad preventiva en determinadas situaciones.
Refuerzo visual
En tales situaciones los triángulos de emergencia proporcionan una referencia visual anticipada y más estable, al estar situados fuera, a la distancia adecuada, advierten con mejor antelación la aparición de un obstáculo en la carretera, por lo que este conjunto permite crear una señalización más completa, capaz de adaptarse a los diferentes tipos de carretera, así como a la variación de la existencia del tráfico y a la iluminación que permita la visibilidad.
Ventajas de los triángulos tradicionales
El principal valor que tienen los triángulos radica en su sencillez y fiabilidad. Ya que no dependen de baterías, de cobertura de ningún tipo ni de un mantenimiento técnico. Están siempre preparados, pueden funcionar a pesar del paso del tiempo, el clima o de que el estado del coche no sea el óptimo. Por esto pueden considerarse un recurso de seguridad permanente.
Utilidad en todo tipo de carreteras
Las vías secundarias, los trayectos con visibilidad limitada y las vías rurales, todavía presentan dificultades específicas en el campo de la seguridad vial. En este tipo de infraestructura, los triángulos permiten señalar la exactitud del automóvil detenido. Su forma y color siguen siendo reconocibles por los coches, incluso a mayor distancia o en condiciones adversas.
Convivencia de sistemas en 2026
La recomendación general consiste en usar los dos elementos de forma prudente y acorde con el medio. La prioridad debe ser siempre la seguridad personal. Siempre que las condiciones lo permitan para colocar los triángulos sin riesgo, se trata de un complemento de la baliza V-16 y se expresa al resto de los usuarios de la vía.
Prevención como objetivo principal
La estrategia sobre seguridad vial, que persigue la reducción de accidentes secundarios y de atropello en carretera, implica que el conjunto de sistemas incrementa las posibilidades de una detección temprana de un peligro. Al disponer de más elementos visibles, se mejora el margen de reacción y evita las situaciones de riesgo, especialmente en situaciones de mayor conflictividad o un tránsito denso.
No se prohíbe la utilización de triángulos de emergencia en la nueva norma que entrará en vigor el año 2026, ya que obliga a contar con la baliza V-16 homologada, pero la prevención no puede tener un solo recurso. Llevar los triángulos en el vehículo permite reaccionar a circunstancias no previstas y adaptarse mejor a los diferentes contratiempos.
La Guardia Civil apuesta por una conducción preventiva que otorgue coherencia a las soluciones disponibles. La tecnología proporciona comodidad y seguridad, los elementos tradicionales aportan fiabilidad. En su combinación se obtienen resultados funcionales de mayor capacidad con respecto a los peligros cotidianos del tráfico, sobre todo en situaciones en las que la visibilidad juega un papel crítico o determinante para el resto de los usuarios.
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