El niño africano de 10 años al que el cirujano Pedro Cavadas extirpó un tumor craneofacial no maligno que formaba una masa más grande que su cabeza, ha fallecido en pleno vuelo en un avión que se vio obligado a aterrizar en Málaga.

Tras la intervención, Cavadas aseguró que el tumor era uno de los «más grandes que hemos intervenido», señalando que el pequeño llegó a Valencia «malnutrido, muy débil y con un problema de coagulación no diagnosticado de origen que le hacía sangrar en cada cura».

El caso de Emmanuel, con un fibroma osificante gigante de base de cráneo, llegó a la Fundación Cavadas a través de una entidad que tiene una clínica en el Congo y no podía abordar una intervención tan compleja ya que el tumor, que seguía creciendo, le impedía ver y hablar.

«No tenía vida, ese crío habría durado dos telediarios, estaba condenado a una muerte en muy malas condiciones y relativamente pronto», explicó Cavadas en su momento, señalando además que, tras la intervención, el joven «debería hacer una vida completamente normal. Ahora, por lo menos, tiene cara».