La Guardia Civil de Málaga detuvo el 3 de junio de 2025 a dos hombres por robar y extorsionar a una pareja de ancianos en Cuevas de San Marcos, en un caso que evidencia la vulnerabilidad de las personas mayores frente a delitos económicos y violentos. 

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Según informa Europa Press, los acusados, con antecedentes por delitos contra el patrimonio, aprovechaban la fecha de cobro de las pensiones para exigir dinero a las víctimas, amenazándolas con represalias si denunciaban. 

Este patrón delictivo, repetido durante dos años, escaló en marzo de 2025 cuando los individuos irrumpieron en la vivienda, agredieron físicamente a uno de los octogenarios y sustrajeron 450 euros en efectivo.

Las víctimas, de avanzada edad, accedían inicialmente a entregar cantidades mensuales por miedo a las amenazas, que incluían incendiar su hogar si contactaban con las autoridades. 

Este temor refleja un problema recurrente: según datos del Plan Mayor Seguridad, el 60% de los ancianos afectados por robos evitan denunciar por desconfianza o coerción. 

Los detenidos operaban con precisión, coordinando sus visitas con el calendario de pagos de pensiones, una táctica observada en casos similares en Barcelona y Cantabria, donde delincuentes atacaban a víctimas en cajeros automáticos.

Los arrestados acumulaban numerosos antecedentes por robos con violencia, un perfil común en este tipo de crímenes. En febrero de 2025, los Mossos d'Esquadra detuvieron en Badalona a un joven de 20 años con 25 antecedentes por asaltar a tres ancianos que retiraban sus pensiones, obteniendo 2.700 euros en total. 

Estos casos subrayan la necesidad de estrategias coordinadas, como el Plan Mayor Seguridad, que combina charlas informativas en residencias, colaboración interinstitucional y protocolos de actuación rápida.

Para combatir estos delitos, el Ministerio del Interior recomienda fortalecer la vigilancia en entornos bancarios, fomentar la denuncia anónima y promover la educación financiera entre los mayores.

La detención en Cuevas de San Marcos refuerza la urgencia de proteger a este colectivo, no solo mediante acciones policiales, sino también con iniciativas comunitarias que empoderen a los ancianos para romper el silencio frente a la coerción.

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