¿Es la Virgen del Pilar? “No, es la Virgen de Covadonga”, responde el vigilante del cementerio de Mingorrubio, una colonia del distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo. El frontal del mausoleo más grande del camposanto tiene una pequeña imagen de la santina en lo alto y una pequeña campana. No es un mausoleo cualquiera, no tiene inscripción alguna y tiene una primera planta con una capilla y un sótano con una cripta con capacidad para varios cuerpos. Sólo hay uno, el de Carmen Polo, la esposa de Francisco Franco.

Se encuentra a apenas 2 kilómetros de la que fuera la residencia oficial del Jefe del Estado y está rodeado de tumbas de notables del franquismo, como los presidentes Carlos Arias Navarro y Luis Carrero Blanco. El panteón, erigido en el año 1972 por Patrimonio Nacional en virtud de un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid, no fue oficialmente designado como lugar de enterramiento del dictador pero tampoco lo fue el Valle de los Caídos.



Visitamos el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, donde el primer edificio es el mausoleo de los Franco. A su derecha, a apenas 60 metros, las tumbas de Carrero Blanco o Joaquín Calvo-Sotelo | Vídeo: M.V.

Ante la posibilidad de que el cuerpo de Franco sea exhumado del mausoleo de El Escorial, el cementerio de Mingorrubio podría ser el destino más pragmático para los restos. Esa posibilidad ni la quiere contemplar el presidente ejecutivo de la Fundación Francisco Franco, el general Juan Chicharro Ortega. “Franco no dijo nada de ser enterrado en el Valle de los Caídos, pero es donde está y donde queremos que permanezca”. Ante la posibilidad que su cuerpo viaje a El Pardo “ni nos expresamos ni para bien ni para mal, esperamos que la exhumación no se produzca. La familia ha dicho que no y nosotros no vamos a valorar si es un buen sitio, eso lo tendrá que decir la familia”, mantiene.

Tumba de la Carrero Blanco, a menos de cien metros de la de Carmen Polo.

Tumba de Luis Carrero Blanco, a menos de cien metros de la de Carmen Polo.

Un panteón a nombre de Carmen Franco

El titular inicial del panteón de los Franco era Patrimonio Nacional, pero desde una fecha que la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios no quieren concretar, la responsable única del panteón es Carmen Franco Polo. Si alguien quiere trasladar los restos de Franco tendría que pedir permiso a la titularidad y, como ésta recae sobre una persona fallecida, algo muy común en las unidades de enterramiento, requeriría de una gestión administrativa por parte de sus herederos, quienes tendrían que ir a las oficinas centrales del cementerio de la Almudena para ponerlo a su nombre. Un proceso bastante rápido pero obligatorio.

El titular ostenta la gestión del panteón durante el tiempo que dure la concesión del espacio, que normalmente es por 75 años, no tiene que pagar tasa alguna, ni abonar nada más. Ahora bien, es el responsable de su mantenimiento.

Aceptable para la izquierda

Para Francisca Sauquillo, que lideraba hasta hace días el Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid, la posibilidad de que Franco sea enterrado en el panteón familiar es “una solución buena; hay que exhumarlo del Valle de los Caídos, no tiene sentido que en un monumento en el que hay mucha víctimas que incluso levantaron el Valle de los Caídos durante los años de después de la guerra estén allí enterrados con el dictador”. Para Sauquillo es un cementerio que "está muy bien, yo lo he visitado con la comisión de la Memoria Histórica de Madrid. El Pardo forma parte de Madrid y allí hay una cripta donde está doña Carmen Polo de Franco y es un cripta familiar; si la familia está de acuerdo en llevarlo allí, yo estoy de acuerdo”.

Emilio Silva, presidente de ARMH: “Lo que la familia quiera hacer con su cuerpo nos parece bien"

Un pensamiento similar al de Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH): “Lo que la familia quiera hacer con su cuerpo nos parece bien. Nuestro único problema con el cuerpo de Franco es que está en un espacio público mantenido por fondos públicos. Lo que quiera hacer con sus restos la familia nos parecerá bien”, mantiene.

Más cauteloso se muestra el concejal del Ayuntamiento de Madrid Fuencarral-El Pardo, Guillermo Zapata, sobre quien recaería el peso administrativo más directo de la supuesta ubicación del dictador: “No me corresponde a mí decirlo, es un debate que debe plantearse vinculado al tipo de políticas de memoria que, como sociedad, debemos llevar a cabo. Me interesa más el proceso de debate sobre dónde deben ir que tomar digamos posición sobre un sitio u otro. Creo que hay que escuchar a las asociaciones memorialistas y ver si hay ejemplos de otros países que nos pueden ser útiles”, plantea el político de Ahora Madrid.

La solución de enterrar a Franco junto a su mujer en El Pardo, si se hacen los cambios legislativos que lo permitan, si accede la iglesia a exhumar el cuerpo de la basílica, si accede la familia y se hace con la titularidad, parece, pese a todos estos condicionales, la solución más pragmática.