Buscar una casa en la sierra de Madrid ha sido complicado estos últimos meses. Parece que acabado el confinamiento alguien dictó desbandada general hacia el campo, aunque ya las aguas parece que poco a poco vuelven a su cauce, y la realidad del teletrabajo no es tampoco de color rosa.

En medio de todo esto, hay quien ha decidido no quedarse en el ladrillo. Si ha de irse, se va. Pero irse pa na es tontería. Jugando a todo o nada con su destino, un gaditano de familia alemana llamado Anthony Lydick, empresario del mundo cibernético, hace más de un año apostó a la carta más alta. Me habla a las diez de la noche desde su autocaravana, mientras todavía ve luz de día. Va a pasar el verano en el Círculo Polar.

Pregunta.- ¿Cómo te dio por dejarlo todo y salir con tu casa a cuestas? ¿También te dio la fiebre del oro de salir de la ciudad?

Respuesta.- La pandemia me hizo pensar, claro, pero lo más importante fue el embarazo de mi mujer. Decidimos lo que realmente queríamos, y aquí estamos.

P.- Así que estás recorriendo el mundo en autocaravana con una criatura de meses de edad… Más de uno se escandalizará al leerlo.

R.- Pues Orion, que así se llama, no se queja. Bueno, en serio, no existe mayor problema. De hecho es hasta bueno que desde muy pequeño viaje y sienta otras realidades. La sanidad no es un problema. Por suerte hemos tenido que ir solamente un par de veces al médico y sin problemas. La tarjeta sanitaria europea funciona. Hasta a mí me sacaron una muela en Alemania y me salió más económico que en España.

P.- Lo cuentas de forma que parece maravilloso. ¿Cuál es la parte dura de vivir siendo nómada?

R.- Aquí me gusta hablar de la curva de aprendizaje. Al principio te la pegas mucho, vienes de otra realidad y crees que valen los mismos parámetros. Lo más duro es al principio, empezando por el momento en el que sueltas todo cuanto tienes. Es un ejercicio difícil quedarte con solamente dos cajitas de cosas, que son diplomas, fotos y tus recuerdos más queridos. Luego sientes una gran liberación. Aprendes a vivir con menos, y te das cuenta de lo poco que necesitas. En cuanto empieza el viaje, también empiezas a darte cuenta de una realidad: el mejor equipaje es el sentido común. Por ejemplo, el agua es lo más importante. Hay tres tipos: la fresca, que es para nuestro consumo; las grises, las que salen de duchas y lavados, y las negras, que puedes imaginar cuáles son. Esas acaban en casetes de 10 Kg y se vierten en puntos muy concretos. La operativa está muy regulada por Ley. Has de conocer los puntos de vertido, dónde encontrar estaciones de servicio para autocaravanas, etc. Pero con el tiempo te acostumbras a hacerlo bien. Todo esto lo sabes a través de aplicaciones móviles que son una mezcla entre Google Maps y una red social. Los autocaravanistas compartimos puntos en los que quedarnos, consejos, experiencias… Afortunadamente, prácticamente toda Europa tiene cobertura, y tienes conectividad en casi cualquier parte.

P.- Y aquí es cuando te pregunto por el teletrabajo. ¿Eres un nómada digital?

R.- Antes de mi viaje pasé tiempo delegando funciones, y he de decir que mi papel de CEO lo sigo haciendo desde cualquier parte del mundo, pero es verdad que se limita en cuanto a tiempo a tomar decisiones y atender asuntos importantes. No todos, pero sí hay trabajos que se pueden hacer desde una autocaravana. Yo, que siempre he tenido inquietudes musicales, tenía un estudio de grabación y lo vendí todo. Ahora, con un buen portátil, unos buenos auriculares y el software adecuado puedo producir música. Ahora en plena Feria de Abril te cuento que he lanzado un remix de un clásico de los sevillanos No me pises que llevo chanclas, el Bolillón.

P.- Es impresionante que puedas producir música desde un espacio tan pequeño.

R.- Pues hay casos excepcionales. Mi amigo Luca Pretolesi, que tiene cinco discos de diamante y cinco nominaciones a los Grammy, y que ha hecho las mezclas de gente como J Balvin o David Guetta, ha montado su estudio en una autocaravana. Estos días está trabajando con proyectos internacionales para artistas muy importantes, y lo puede hacer sin problemas.

P.- ¿Qué consejo le darías a quienes se quieran iniciar en la vida nómada?

R.- Que lo prueben primero un fin de semana. Hay casos de personas que han tenido que volver atrás porque no querían este tipo de vida. Y es mucho más complicado volver que irte. Si ves que realmente te adaptas, puedes empezar con temporadas más largas como unas vacaciones, etc. Solamente entonces sabrás si está hecho para ti. También es importante tener una buena situación económica. Vivir así cómodamente te puede salir entre tres y cinco mil euros al mes, más el coste de la autocaravana. También a la hora de conducir has de tener en cuenta que llevas detrás tres toneladas y media con tu vida y tu familia dentro.

P.- ¿Volverás al Puerto de Santa María?

R.- Tarde o temprano el peque tendrá que ir al cole. Pero solamente de pensar en el proceso de buscar vivienda e instalarnos nos da pereza. Sabemos que este tiempo marcará el resto de nuestras vidas.