Este lunes, tras cerrar su etapa al frente del Museo de la Moda Palais Galliera de París, Miren Arzalluz ha vuelto a su Bilbao natal para tomar posesión del Museo Guggenheim Bilbao después de que el pasado mes de noviembre el patronato del centro anunciara su elección como directora. Comienza un periodo de un mes en el que la nueva responsable de la institución se someterá a un adiestramiento intensivo entre Bilbao y Nueva York, antes de sustituir definitivamente a Juan Ignacio Vidarte al frente de la dirección general del emblemático museo el próximo 1 de abril.
Vidarte y Arzalluz han protagonizado la tarde de este lunes un posado ante los medios gráficos para facilitar la "foto histórica", en palabras del director saliente, de los primeros momentos de Arzalluz en el Guggenheim. Se han dejado retratar en la explanada principal del museo y en el gran atrio central del edificio diseñado por Frank Gehry. El encuentro tenía esa única intencionalidad gráfica, pero Arzalluz no ha podido menos que reconocer el "honor" que supone hacerse cargo de la dirección del museo, además de agradecer a Vidarte y al equipo del Guggenheim que hayan organizado su incorporación mediante este mes de inmersión. "Es un mes para familiarizarme con el equipo, con las formas de trabajar, con los proyectos que están en curso…", ha indicado.
Miren Arzalluz Loroño (Bilbao, 1978), hija del histórico dirigente del PNV Xabier Arzalluz, fue elegida el pasado mes de noviembre por la comisión del patronato del museo constituida para ello. La empresa alemana Antonia Josten había realizado un proceso de selección internacional previo, en cuyas bases se valoraba especialmente el conocimiento del euskera y del contexto institucional y cultural vasco. Antes de recalar en el Museo de la Moda de París, Arzalluz había sido conservadora en el Museo Balenciaga de Getaria y directora del Instituto Vasco Etxepare.
Antonia Josten seleccionó a 79 candidatos, 18 de ellos vascos. Cuando se llegó a la votación final, Arzalluz, militante del PNV, contó con el apoyo mayoritario y decisivo de los patronos vinculados a la administración autonómica y foral y próximos al partido nacionalista.
Falta de transparencia
El patronato justificó su decisión por la "contrastada trayectoria" de Arzalluz "al frente de organizaciones de prestigio internacional en el ámbito de la cultura, aportando un profundo conocimiento de la historia del arte, los museos y la investigación, combinado con una amplia experiencia en gestión institucional y relaciones internacionales". El nombramiento no encontró demasiada resistencia en las instituciones culturales vascas, pero profesionales del mundo del arte en España han cuestionado la calidad y la transparencia del procedimiento, que no habría garantizado los criterios de igualdad, mérito y capacidad a los que está obligada la fundación Guggenheim, una institución privada pero nutrida con fondos públicos.
No han faltado quienes han criticado que el nombramiento de Arzalluz sea una perpetuación de la conducta "patrimonial" del PNV respecto al Guggenheim. El director saliente, Juan Ignacio Vidarte, es hijo de otro patriarca del nacionalismo, Juan María Vidarte, y cuando fue elegido para el cargo era un alto funcionario de la Diputación de Vizcaya sin conocimientos en arte contemporáneo. Aunque el suyo se planteó como un cargo de gestión que se vería complementado con la llegada de un director artístico, ese nombramiento nunca llegó a producirse.
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