El verano empieza cuando Estrella Damm lo dice. Da igual lo que marquen los termómetros o el calendario: desde hace más de una década, la llegada del nuevo anuncio Mediterráneamente es la señal que todos reconocemos. Este 2025, la marca vuelve a hacerlo con Lo mismo de siempre, una campaña que, en un gesto de honestidad desarmante, reivindica eso mismo: la repetición de lo que funciona, el regreso a lo familiar, el gusto por no innovar cuando lo esencial ya está bien afinado.

Cinco amigos, una casa frente al mar, excursiones, risas, chapuzones y miradas al atardecer. Nada nuevo bajo el sol. Y sin embargo, todo tiene un brillo nuevo. La dirección corre a cargo de Nicolás Méndez, de la productora CANADA, que aporta su estilo ya icónico (ojo: también firmó Malamente de Rosalía) a un relato coral donde la estética mediterránea vuelve a ser protagonista. Hay que ser muy hábil para filmar por enésima vez un verano de postal sin caer en la postal, y Méndez lo consigue.

El reparto combina jóvenes talentos como Quim Àvila, Ariadna Llobet o Blanca Parés con rostros reconocibles como Georgina Amorós y Quim Gutiérrez –sí, el mismo que ya protagonizó Vale, aquel primer cortometraje que inauguró esta saga estival allá por 2015–. En un guiño generacional, también aparecen Biel Juste y Joan Margarit, los fundadores de TwoJeys, marca de joyería masculina que conecta con la audiencia más joven.

Indie 'with a twist'

La música, como siempre, tiene un papel central. Esta vez, el clásico indie Another Sunny Day de Belle and Sebastian se transforma en una delicada versión a cargo de Josep Montero (Oques Grasses) y Rita Payés. El resultado es una canción que parece flotar, como esas tardes sin prisa en las que no pasa nada... y pasa todo.

Lo mismo de siempre es también, por supuesto, una idea de Oriol Villar, el artífice del concepto Mediterráneamente. No es fácil sostener durante tantos años una identidad de marca tan coherente y reconocible sin volverse fórmula. Pero Villar y su equipo parecen haber encontrado la clave: apostar por la nostalgia sin caer en la trampa de lo retro, celebrar lo cotidiano sin impostura, y dar al público exactamente lo que espera. Lo de siempre. Y a veces, eso es lo mejor que te puede pasar.