Las lavadoras se utilizan a diario sin que sus usuarios las saquen provecho de todas sus capacidades. Más allá de los programas comunes, del uso de suavizantes o de detergentes habituales, existe una función que es secundaria o poco conocida, pero que condiciona notablemente el resultado del lavado: el prelavado, que es una opción que a menudo suele ignorarse, normalmente vinculada a prácticas que pertenecen al pasado, pero que sí podrían ser un factor diferenciador en el proceso del lavado, sobre todo cuando se trata de eliminar manchas que son difíciles.

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El secreto del prelavado en la lavadora

Cuando no existían los electrodomésticos actuales, poner ropa a remojo era un paso habitual. Este paso previo permitía que las manchas quedaran fueran menos resistentes. Con ello la prenda quedaba lista para la lavadora. Hoy también continúa siendo una técnica muy útil que permite que las fibras se impregnen. No sólo es eficaz, sino que se convierte en una alternativa menos agresiva que otros productos. El remojo actúa de una manera totalmente natural sin comprometer la calidad de los productos.

Menos productos, mejores resultados

El prelavado a su vez disminuye la necesidad de recurrir a productos agresivos que, con el paso del tiempo, estropean la ropa. También hay detergentes específicos para el prelavado que no necesitan aclarado previo. Son detergentes líquidos de color verde, que están desarrollados precisamente para actuar en tejidos delicados sin estropear.

El prelavado disuelve las manchas de sudor, comida o bebida desde el primer instante. Este tratamiento previo mejorará el resultado del ciclo de lavado porque prolonga la vida útil de las prendas y mantiene sus colores y texturas.

Cómo aprovechar la función de la lavadora

En la mayoría de las lavadoras, el cajetín tiene tres espacios diferenciados. El número 1 hace referencia al compartimento para el prelavado, el número 2 hace referencia al lavado principal, mientras que la flor o asterisco hace referencia al suavizante. No obstante, son muchos los usuarios que solo aprovechamos el espacio del detergente habitual y no contemplamos la opción del ciclo previo. Utilizar este compartimento, sin embargo, activa el ciclo de enjuague inicial que permite eliminar la suciedad más superficial antes de iniciar el lavado por completo.

El detergente adecuado para el prelavado

Para esta finalidad, se aconseja el uso de un detergente específico para lavadora -que normalmente es azul- ya que es un detergente diferente al que utilizamos en el remojo manual, ya que está diseñado específicamente para ejercer su acción en el corto ciclo del prelavado, y que lo arrastran a la hora del enjuague.

Añadir este paso en la rutina aumenta considerablemente los resultados en las prendas más sucias o manchadas localizadas. Es ideal para la ropa de trabajo, la de los niños o la ropa deportiva, donde la suciedad suele acumularse de forma más persistente.

Mejores resultados en la lavadora

El prelavado ejerce de filtro que mejora el rendimiento del detergente y del programa principal. Las fibras quedan limpias ya antes del lavado principal, permitiendo un mejor resultado sin que sea tan agresivo con la ropa.

Siempre que se aplique esta función disminuye la necesidad de repetir un lavado lo que se traduce en menor consumo de agua y de energía. Un beneficio que no solo consideran las prendas de ropa, sino también el bolsillo y el medio ambiente.

Una función antigua pero vigente

Aunque hoy ya no se usa, el prelavado es una de las herramientas más eficaces para mantener la ropa limpia y en buenas condiciones. Introducirla en la rutina comporta un cuidado de los tejidos más exhaustivo y una mejora de la higiene de la colada.

Aprovechar esta función que incorporan muchas lavadoras actuales puede hacer la diferencia entre una ropa lavada y una ropa impecable.

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