El Pompidou ha cerrado. No es la primera vez que París se despide de uno de sus templos culturales, pero nunca, con la salvedad de Notre-Dame, por un tiempo tan prolongado ni de manera tan radical: cinco años de clausura total, hasta 2030, para operar a corazón abierto el edificio que, desde 1977, ha sido símbolo de modernidad de París. Este 22 de septiembre, con el desmontaje de la retrospectiva dedicada a Wolfgang Tillmans, se apagaron las luces de Beaubourg. Jeanne Brun, directora adjunta del Museo Nacional de Arte Moderno de Francia, puso voz al sentimiento general: "Un día histórico, triste, pero lleno de responsabilidad".
El diagnóstico es claro: el edificio de Renzo Piano y Richard Rogers necesita cirugía mayor. El amianto, presente en la estructura original, obliga a una rehabilitación integral. Las fachadas, corroídas por el tiempo, se reemplazarán por completo. Los sistemas eléctricos, de climatización y de seguridad serán renovados; los accesos, adaptados a las nuevas normas de accesibilidad. Todo ello con un objetivo añadido: reducir un 40 por ciento el consumo energético de un edificio que, con sus tubos y pasarelas de vidrio, fue concebido como utopía tecnológica y hoy acusa la factura de la obsolescencia.
Pero el proyecto, bautizado Centre Pompidou 2030, va más allá de la ingeniería. Se trata de repensar la institución para el siglo XXI, con nuevas funciones, públicos y narrativas.
La segunda vida de Beaubourg
Cuando reabra, el Pompidou ofrecerá más espacio y más diversidad de usos. La Piazza, ese zócalo urbano que nunca dejó de ser escenario de manifestaciones, conciertos y encuentros improvisados y que tantos museos mundiales han copiado –el MACBA barcelonés, sin ir más lejos–, será reconfigurada con graderíos y rampas accesibles. El Ágora, excavada en el subsuelo donde hasta ahora había un aparcamiento, albergará teatros, salas de cine y espacios polivalentes. En los niveles superiores, el museo desplegará 3.000 metros cuadrados adicionales de exposición y abrirá un Polo Nueva Generación para niños y adolescentes. La biblioteca se rediseñará para abrirse visualmente hacia la ciudad; el taller de Brancusi, donado al Estado francés en 1957 y ubicado en la plaza, volverá a ser un centro activo de archivo y mediación; y en el nivel 7 se habilitará una terraza panorámica con vistas sobre París.
La museografía del Pompidou, con más de 150.000 obras en colección, se reorganizará para dar cabida a escenas emergentes y lenguajes híbridos. El resultado promete ser un museo renovado sin renunciar a su espíritu original: un edificio que no se visita, sino que se atraviesa, que nunca fue un templo cerrado sino una plaza en altura –otra cosa que tanto y tantos le han copiado–.
La intervención, ambiciosa desde el punto de vista de la obra civil pero conservadora y extremadamente respetuosa con el proyecto original de Rogers y Piano, estará a cargo de AIA Life Designers, mientras que el estudio parisino Moreau Kusunoki, en colaboración con la mexicana Frida Escobedo, se encargarán de la reinterpretación arquitectónica y cultural del museo.
El edificio cierra, el museo no
Mientras duren las obras, el Pompidou no quedará mudo. Con el programa Constellation, la institución desplegará sus colecciones en otras ciudades francesas y extranjeras. Proyectos en Lille, Metz, Mónaco o, por supuesto, Málaga marcan ya el camino de esta itinerancia, pensada no solo como solución de emergencia, sino como una manera de "abrir el Pompidou al mundo".
El cierre también acelera otros proyectos: en Massy, a las afueras de París, abrirá en 2026 el Centre Pompidou Francilien, concebido como fábrica de arte con reservas y talleres de restauración, compartidos en parte con el Museo Picasso. Será allí donde se custodien muchas de las piezas durante la clausura.
Los servicios del centro se redistribuyen: la biblioteca se ha instalado en el edificio Lumière, en Bercy, a las afueras de París, y cruzando el Sena la cinemateca funcionará en el mk2 Bibliothèque, junto a la Biblioteca Nacional de Francia. Mientras, el Studio 13/16, dedicado a adolescentes, se muda al centro cultural Gaîté Lyrique. Solo el Ircam, el instituto de investigación musical, permanecerá en la Place Stravinsky.
Antes de apagarse del todo, el Pompidou se dará un homenaje. Coincidiendo con Art Basel París, reabrirá los días 22, 24 y 25 de octubre con un programa festivo. Habrá instalaciones de Harry Nuriev y Julius von Bismarck, un espectáculo pirotécnico de Cai Guo-Qiang en la fachada y el festival Because Beaubourg, que ocupará los ocho niveles del museo con conciertos y experiencias inmersivas. Una suerte de carnaval de despedida, con luces y fuego, antes del silencio de las obras.
La logística de una mudanza histórica
Mover un museo no es cosa menor. De las más de 150.000 piezas de la colección, 120.000 ya han sido trasladadas. Con embalajes de alta seguridad y protocolos estrictos de conservación y préstamos, se trata de la mayor operación de traslado en la historia del arte contemporáneo europeo.
La factura asciende a 463 millones de euros. El Estado francés aporta 283 millones; el Pompidou ha recaudado ya 100 millones de aportaciones privadas, entre ellas una donación notable de 50 millones de Arabia Saudí, y aún faltan 80 millones por cubrir. La financiación es el primer riesgo de un proyecto que, por su envergadura, necesita sostenerse en compromisos sólidos. Las obras transitarán por las aguas desconocidas de las presidenciales de 2027,
Estos días, la Piazza se ha convertido en lugar de despedidas improvisadas. Pena, enfado –"cinco años son demasiado", "hubiera costado menos dinero hacerlo de nuevo"–, resignación... Sentimientos que resumen la relación afectiva de los visitantes con un edificio que siempre quiso ser popular, polémico y vibrante y que representa una idea de ciudad. Su cierre supone un vacío cultural, pero también la promesa de un regreso más fuerte. Cuando Beaubourg reabra en 2030 no será únicamente un icono restaurado, sino un laboratorio renovado para el arte y la sociedad.
Hasta entonces, París deberá aprender a vivir sin el latido visible de su corazón futurista. Y los visitantes, a seguirle la pista en otras ciudades, en otras plazas, en otros formatos. Porque el Pompidou, incluso cerrado, ha prometido no dejar de circular.
Cronograma del cierre y la reapertura
- Marzo 2025: comienza la mudanza de la colección
- 22 de septiembre de 2025: cierre al público del Pompidou
- 22, 24 y 25 de octubre de 2025: reapertura excepcional por Art Basel París
- Diciembre de 2025: cierre total previo a las obras
- Primer semestre de 2026: inicio formal de los trabajos pesados, con desamiantado y sustitución de fachadas
- Otoño de 2026: apertura del Centre Pompidou Francilien en Massy
- Segundo semestre de 2030: reapertura oficial en Beaubourg
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