La tercera entrega de la serie antológica Monster (o Monstruo), dedicada a la figura de Ed Gein, ha provocado todo un torbellino en Netflix. Es en su recta final cuándo empiezan a trazarse los hilos entre distintos asesinos y su supuesta relación con Ed Gein. Sin embargo, no todo lo que se cuenta es cierto. ¿Cuánta verdad hay detrás de las relaciones que la serie muestra? ¿Qué personajes históricos aparecen y cómo se entrelazan (o no) con el "Carnicero de Plainfield"? Esto es todo lo que sabemos
La esencia de la temporada: Ed Gein como figura central
Antes de entrar en personajes secundarios, hay que recordar quién es Ed Gein: un hombre que, en la Wisconsin rural de los años 50, asesinó al menos a dos mujeres y profanó tumbas locales para fabricar objetos con restos humanos, como muebles o ropa.
Es precisamente ese ambiente macabro (la casa llena de horrores, el aislamiento, la relación obsesiva con la muerte) lo que convierte a Gein en un personaje que trasciende su propio caso. Su figura ha sido inspiración para clásicos del cine de terror como Psicosis, La matanza de Texas y El silencio de los corderos.
Pero Monstruo: La historia de Ed Gein no se conforma con trazar esa línea estética. Introduce otros personajes reales, algunos bien conocidos, otros más periféricos, que en la serie "existieron" cerca de Gein, o más bien dentro de su visión.
¿Qué asesinos (reales o no) aparecen en la serie?
Estas son algunas de las figuras más destacadas que la serie trae a escena y la relación de nuestro protagonista con ellas:
- Richard Speck: Quizás este sea uno de los casos más controvertidos: la serie retrata a Speck como un admirador de Gein (interpretado en la serie por Charlie Hunnam), con escenas ficticias en las que le escribe cartas desde prisión. Sin embargo, esto es solo un recurso narrativo de la serie. Cuando Speck cometió su crimen en 1966, Gein llevaba casi una década internado en el Central State Hospital de Wisconsin. No hay registro de cartas, menciones, ni informes del FBI, prensa o psiquiatría que los vinculen.
- Charles Manson y Ed Kemper: En el mundo onírico o alucinatorio de la serie, Monstruo incluye visiones de Manson y Kemper en los sueños o delirios de Gein. La intención, una vez más, es simbólica: asociarlos como "monstruos de la cultura criminal estadounidense". En realidad, nunca se conocieron ni existe evidencia de que Manson haya mencionado a Gein o viceversa. Cuando Manson alcanzó notoriedad (finales de los 60), Gein llevaba más de diez años internado en un hospital psiquiátrico y no tenía acceso a prensa ni contacto con el exterior.
- Ilse Koch: Conocida como "la Bestia de Buchenwald", Ilse Koch era esposa de un comandante nazi y se le atribuyeron atrocidades relacionadas con el uso de piel humana en objetos decorativos. En la ficción de Monstruo, aparece como una figura de obsesión para Gein. Esto no hace más que simbolizar un límite extremo entre monstruos reales del pasado y la figura monstruosa que él representa. La relación entre ellos no es real, y es que, aunque convivieron en la misma época, no hay documentos ni registros reales que puedan demostrar que se conocieran
- Jerry Brudos: Conocido como "el asesino fetichista de zapatos", Brudos es otra figura que emerge en Monstruo como eco de una genealogía criminal estilística. No obstante, el guion lo usa como referencia más que como testimonio histórico concreto.
Entonces, ¿qué hay de verdad en la serie?
Una vez vistas las licencias creativas de Ryan Murphy y Netflix, hay que ver qué hay de verdad en toda esta historia.
- Sí fue real su vida en la granja familiar de Plainfield, Wisconsin, donde vivió aislado junto a su madre, Augusta, una mujer extremadamente religiosa y dominante.
- También es cierto que, tras la muerte de ella, Gein comenzó a profanar tumbas en el cementerio local. Además, utilizó restos humanos para fabricar máscaras, ropa y objetos domésticos.
- Los asesinatos de Mary Hogan en 1954 y Bernice Worden en 1957 fueron reales y llevaron a su arresto.
- En su casa se hallaron restos humanos, utensilios hechos con piel y huesos, y pruebas que confirmaron los crímenes.
- Fue declarado mentalmente incompetente y pasó el resto de su vida en instituciones psiquiátricas hasta su muerte en 1984.
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