Ya antes de su publicación, incluso de su filtración, hay una canción de Lux, el esperado nuevo disco de Rosalía, que ha dado que hablar por lo que puede tener de relato críptico de su vida personal. Se trata de La perla, donde supuestamente lanza algunos dardos a su ex prometido, Rauw Alejandro. En la canción aparecen como colaboradores Yahritza y su Esencia, una banda de música regional mexicana muy popular entre la audiencia latina de Estados Unidos y en México, pero todavía poco conocidos en Europa.

No hace tanto que los tres hermanos Martínez –Yahritza, Armando y Jairo– se levantaban al amanecer para recoger fruta en el fértil valle de Yakima, en el estado de Washington. Su familia, originaria de Michoacán, había cruzado la frontera buscando una vida mejor. Y entre campos de cultivo, juegos y estudios, la guitarra familiar pronto se convirtió en una salida para los hermanos. En 2022, un vídeo de Yahritza interpretando la canción Soy el único comenzó a circular en TikTok. La grabación llamó la atención por la voz muy joven de la cantante –entonces tenía apenas 14 años– y por el tono íntimo de la pieza. La combustión fue inmediata: millones de reproducciones, contrato discográfico con Lumbre Music y su primer EP, Obsessed, publicado ese mismo año, donde consolidaron ese sonido acústico de espacios pequeños.

A partir de ahí comenzaron las primeras giras por Estados Unidos y México y algunas colaboraciones que ampliaron su alcance. Entre ellas destaca Frágil (2023), junto a Grupo Frontera, que incrementó notablemente su presencia en radios latinas y listas de streaming. Ese mismo año, el trío fue nominado a Mejor Artista Nuevo en los Latin Grammy, un reconocimiento que los situó definitivamente en el mapa del regional mexicano contemporáneo.

Yahritza y su polémica gastronómica

El grupo –Yahritza en la voz y guitarra acústica; Mando con la docerola –la guitarra de doce cuerdas típica del regional mexicano–; Jairo en el bajo acústico– encontró su sitio en un punto intermedio entre el sierreño –un estilo del regional con formato acústico pequeño (guitarras y bajo) y voz muy presente, derivado de las tradiciones rurales del norte de México– y el registro urbano de los corridos actuales. Canciones breves, voces quebradas y un estilo casi artesanal. Como los grandes del género regional, sus letras apuntan a la experiencia personal de su gente: la migración, la familia, el amor que no llega a tiempo, el orgullo y la herida de crecer lejos de una patria que no se conoció sin ser aceptados en la de adopción.

Cuando su fama y su música corría como la pólvora por Instagram y TikTok, el grupo quedó envuelto en una polémica después de que se viralizara un fragmento de una entrevista en Ciudad de México en el que los hermanos comentaban que no les encantaba la gastronomía local y que preferían el sazón que se hacía Yakima. El clip tardó meses en viralizarse, pero cuando lo hizo provocó críticas en redes, acusaciones de desarraigo e incluso campañas de boicot. Yahritza y sus hermanos se disculparon públicamente, pero la exposición fue intensa y afectó a la gira que desarrollaban entonces y a su presencia mediática. Desde entonces, han tratado de reorientar su imagen subrayando su origen familiar y su vínculo con la tradición musical mexicana, a la vez que continúan trabajando desde Estados Unidos. Su último lanzamiento es la canción Qué puedo perder, un canto de orgullo a sus orígenes.

La colaboración con Rosalía en La Perla, incluida en Lux, los sitúa ahora ante un público más amplio, en España y en el resto del mundo. La elección de Rosalía, que tiene un oído omnívoro y no da puntada sin hilo tiene toda la lógica musical: el grupo aporta un registro vocal íntimo y un acompañamiento mínimo, cercano al tono que la artista catalana ha explorado en los últimos dos años, además de abrirle a nuevas audiencias. No se trata de una aparición decorativa: la canción está construida para que la voz de Yahritza dialogue en primer plano, sin sobreproducción, dentro de un clima contenido, con la de Rosalía, en esta canción de desamor y reproche.