Los conductores, cuando llega el frío, se ven obligados a destinar de forma habitual varios minutos cada mañana a la tarea de quitar la escarcha de la luna del coche antes de iniciar cualquier trayecto. La escarcha no avisa y sienta las bases para que la visión sea especialmente precaria, convirtiendo su retirada en un gesto habitual durante los días más fríos del invierno. Para acabar con una de las rutinas más molestas para millones de personas en España y en todo el mundo, hay un nuevo producto que acelera este proceso, protege el cristal y reduce el trabajo si se compara con el uso de la mítica raqueta o rascadores.

Un nuevo aliado contra el hielo del parabrisa

El producto está formulado a partir de una mezcla líquida de rápida evaporación que actúa instantáneamente sobre la superficie congelada. A medida que el producto va entrando en contacto con el cristal frío, la mezcla va elevando el punto de congelación del agua al mismo tiempo que va rompiendo el hielo. El usuario pulveriza una pequeña dosis sobre el cristal y podrá observar cómo esta capa de hielo se va rompiendo en cuestión de segundos. Este sistema evita la fricción excesiva y dejaría un cristal y gomas del limpiaparabrisas limpios e intactos.

Ventajas frente a las rasquetas tradicionales

Las rasquetas de plástico están presentes en los coches, para que sean efectivas, es necesario que se les aplique fuerza constante para arrastrar capas de escarcha, y aunque pueda parecer que con ellas no hay problemas en retirar capas compostas, supone un esfuerzo diario. Con este nuevo producto los conductores se olvidarán para siempre de ese esfuerzo gracias a este método químico. El primer efecto de la mezcla es el de deshacer las zonas más finas, posteriormente el de reblandecer las más gruesas y extraer los restos de escarcha sin ejercer presión, lo cual facilita el trabajo y contribuye a un mejor estado del cristal.

Efecto sobre el hielo del parabrisas

La composición del compuesto tiene una proporcionada mezcla de agua y alcohol diseñada para soportar heladas bruscas. Esta proporción actúa rápidamente y se mantiene siendo eficaz aún en temperaturas por debajo de cero. El conductor pulveriza y deja unos minutos que actúe el producto, para terminar de retirar los restos con un trapo de algodón, o con los mismo limpias del coche, aunque esta opción es menos recomendada.

Un uso sencillo y seguro para el cristal

La fórmula presenta una menor probabilidad de dañar el vidrio o las gomas, siempre que se use bien. La mezcla se distribuye homogéneamente, sin dejar marcas tras la evaporación. Un repaso con un paño de microfibra elimina cualquier huella y deja la superficie transparente para emprender con total seguridad el trayecto. El producto sirve también como mantenimiento ocasional del cristal, siempre que se use con un equilibrio apropiado.

Alternativas para la formación de hielo

Además de este nuevo producto, algunos conductores echan mano de mezclas caseras para acelerar esta acción. Una mezcla formulada con un chorro de alcohol y agua (más de los segundo que de lo primero) hace este mismo efecto sobre las capas finas y ayuda para mantener la luna limpia. Los limpiacristales caseros con propiedades hidrofóbicas también generan una película que impide la adherencia del hielo en las mañanas frías.

Preparativos antes de que baje la temperatura

Como método preventivo, se puede cubrir la luna del coche con un cartón o una manta para que no se forme el hielo durante la noche. Si se espera una helada intensa, lo mejor es usar un pulverizador con la mezcla para que pueda reaccionar cuanto antes. La combinación de estas prácticas con el nuevo producto, permite poder afrontar el invierno con más comodidad y conseguir el estado de visibilidad en el vehículo.