El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad de 2025 ha vuelto a convertir este lunes el Teatro Real de Madrid en un escenario a medio camino entre la liturgia administrativa y la crónica de costumbres. Más de cuatro horas de sorteo –de 9.00 a 13.35– han dejado una sucesión de premios espaciados, nervios infantiles, bolas indómitas, frío persistente en el patio de butacas y un público tan atento a los números como a todo lo que ocurría alrededor.
Desde el inicio, los nervios de los niños de la Residencia de San Ildefonso se han hecho visibles. Peticiones constantes de agua para aclarar la voz, pausas breves para secarse el sudor de la frente y alguna vacilación al pronunciar cifras largas han acompañado el canto de premios y números. También han aparecido las habituales bolas “rebeldes”, que han rodado por la moqueta del escenario antes de ser reconducidas al alambre, sin alterar el desarrollo del sorteo.
El primer sobresalto del día ha llegado pronto. A las 9.21 horas, en la primera tabla, ha salido el segundo premio –1.250.000 euros a la serie– para el número 70.048, el más madrugador de esta edición. A partir de ahí, el sorteo ha avanzado con un ritmo irregular, alternando largos tramos de pedrea con momentos de mayor expectación. El primer cuarto premio, el 78.477, ha aparecido a las 9.36 horas, ya en la segunda tabla.
Una cuarta tabla generosa
La cuarta tabla ha concentrado buena parte de la emoción de la mañana. A las 10.40 horas ha comenzado la que sería la más generosa en premios y, apenas unos minutos después, ha salido el primer quinto. A las 10.44, en el cuarto alambre de esa misma tabla, las niñas Alba Yadira Machaca Tapia e Italy Andrea Blanco Flores han cantado el Gordo, dotado con cuatro millones de euros a la serie, para el número 79.432. El gesto de sorpresa inicial, las miradas cómplices y el aplauso prolongado del público han marcado uno de los pocos momentos de unanimidad emocional en el teatro.
El gran premio ha caído mayoritariamente en la provincia de León –con especial concentración en La Bañeza– y ha dejado también una parte en Madrid, en el distrito de Ciudad Lineal. Su aparición ha sido relativamente temprana en comparación con ediciones recientes, lo que ha contribuido a mantener despierto a un patio de butacas que, pese a todo, ha tenido que armarse de paciencia.
Un premiado en el Teatro Real
Mientras los bombos seguían girando, la vida paralela del teatro no se ha detenido. El frío de la madrugada, con temperaturas cercanas a cero grados durante las largas colas previas a la apertura de puertas, ha tardado en disiparse. Muchos asistentes no se han desprendido de los abrigos hasta bien avanzada la mañana. El ambiente festivo se ha reforzado con disfraces –elfos, personajes infantiles, figuras quijotescas–, sombreros navideños y cánticos espontáneos dirigidos tanto a los niños como al propio sorteo.
Uno de los momentos más celebrados en el patio de butacas ha llegado con uno de los quintos premios, el 23.112. Un asistente, Miguel Ángel, ha comprobado nervioso su décimo al escuchar que el número comenzaba por su cifra favorita y ha terminado celebrando el premio desde su asiento. Era, según ha explicado después, su primera vez en el Teatro Real, aunque no su primer premio: ya había ganado el Gordo seis años atrás y un quinto tres décadas antes.
Mil millones para Palestina
No todo ha sido celebración. En varias ocasiones, un grupo de asistentes vinculados a la organización Marea Palestina se ha levantado de sus asientos para reclamar que los ingresos del sorteo se destinen a ayuda humanitaria para Palestina. Las consignas –repetidas cerca de una decena de veces– han pedido “mil millones de euros” para la UNRWA y han sido recibidas con aplausos aislados, sin interrumpir formalmente el desarrollo del sorteo.
También ha habido espacio para la fricción interna. Durante la mañana se han escuchado abucheos dirigidos a uno de los personajes habituales de la cola, conocido como el ‘Obispo de la Lotería’, acusado por otros asistentes de colarse y de introducir a más personas, rompiendo –según sus críticos– el clima festivo previo a la entrada al teatro.
Frío, nervios y ambiente festivo
Antes incluso de que comenzara el sorteo, cientos de personas habían esperado desde primera hora para acceder al recinto. A las 7.00 de la mañana, unas 500 personas aguardaban su turno para ocupar alguna de las 352 butacas del patio. Villancicos, bromas dirigidas a la seguridad para que abriera las puertas y chocolate caliente han servido para combatir la espera y el frío.
El sorteo ha avanzado con la sucesión habitual de quintos, cuartos y un tercer premio –el 90.693–, hasta llegar a una recta final marcada por la paciencia. Dos quintos especialmente tardíos no han aparecido hasta la novena tabla. La décima y última ha quedado reservada a la pedrea, sin grandes sobresaltos.
A las 13.35 horas, tras más de cuatro horas de duración, el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad de 2025 ha bajado el telón. En total, se han repartido 2.772 millones de euros en premios, 70 millones más que el año anterior. Para quienes han pasado la mañana en el Teatro Real, el balance ha sido otro: frío residual, nervios infantiles, alguna protesta, discusiones menores y la confirmación de que, más allá de los números, el sorteo sigue siendo una ceremonia colectiva donde casi todo ocurre alrededor de los bombos.
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