La actriz Verónica Echegui ha muerto, según adelantaba El Mundo al mediodía de este lunes 25 de agosto. La intérprete, conocida por multitud de películas y series de televisión como Yo soy la Juani (2006) y A muerte (2025), tenía 42 años y mantuvo una relación sentimental con el actor Álex García (43), al que conoció hace 15 durante la grabación de la película Seis puntos sobre Emma. Al poco tiempo se mudaron a la sierra de Madrid, donde ella presumía de huerto y granja. Según la información de El Mundo y El País, la actriz tenía cáncer y estaba ingresada en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Murió el domingo 24 de agosto.

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Risueña, carismática, inteligente, buena, amable... Así la definen sus más allegados. Con 9 años, Verónica Echegui decidió que quería ser actriz. "Antes veía la tele como un ente, creía que quienes salían en ella no existían fuera, pero descubrí la verdad: era gente real que vivía de hacer series y películas", rememoraba. Se pagó su primer curso de teatro de improvisación con lo que ganaba en el Vips. ¡Turismo iba a estudiar! Con 19 años apareció en la malograda serie de Tele5 Una nueva vida, ambientada en un hospital materno-infantil. En 2004 ya dio el 'cante' en la comedia musical de TVE Paco y Veva. Pero la fama, como un relámpago, le llegó en 2006 con Yo soy la Juani bajo la mirada de Bigas Luna.

Verónica Echegui era Juani Jurado Sánchez, una cajera que aspira a ser actriz, y como tal se presentó ante el cineasta; su casting –llegó tarde a la última prueba tras perder el avión– es una de las muchas anécdotas del cine español.

'Ciudad de sombras', su papel póstumo

Antes de su repentino e inesperado fallecimiento, Verónica Echegui (Madrid, 1983) había rodado para Netflix y junto a Isak Férriz la serie policiaca Ciudad de sombras, todavía sin estrenar. Grabó aquellos 6 episodios entre finales de 2024 y principios de 2025. Será este, como una subinspectora, el trabajo póstumo de una actriz de personalidad arrolladora a la que el cineasta Bigas Luna (Jamón, jamón) ofreció su primer gran papel como una joven del extrarradio que llega a Madrid para comerse el mundo; un personaje que, para bien y para mal, marcó la prolífica y todavía prometedora carrera de una Verónica Echegui que también quería comerse el mundo.

'Yo soy la Juani', el debut a lo grande de Verónica Echegui

"Bigas era un visionario. Al conocerle y escucharle, intuía que él tenía claro que estaba hablando de algo más que de esa historia sobre esa chica. Él vaticinó que el extrarradio iba a influenciar en toda nuestra cultura: la moda, la música... En aquel momento, ser choni no era algo cool [guay] ni interesaba, pero él veía todo el potencial de la gente del extrarradio", rememoró la actriz en Días de cine durante la promoción de su último filme, Justicia artificial (2024), cuya protagonista debe hacer frente a un software que sustituye a los jueces.

Y lo cierto es que Yo soy la Juani es una película muy de su tiempo (el Nokia, los SMS, la cámara de fotos digital, el pantalón campana, el tanga a la vista) y a la vez del nuestro. Hasta un mensaje de voz envía la Juani a su exnovio, el Jonah (Dani Martín): "Eres un puto cerdo. ¡No me llames nunca más, chaval!".

El patio de mi cárcel, La mitad de Óscar, Katmandú, un espejo en el cielo; La gran familia española... fueron algunos de los títulos que hicieron de Verónica Echegui una de las actrices más carismáticas y mejor valoradas del panorama audiovisual español. Compaginó además el cine independiente, como el debut de Roberto Pérez Toledo Seis puntos sobre Emma (2011) en la que interpretó a una mujer ciega que quiere ser madre; con lo comercial, desde comedias románticas (No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas) a thrillers policiacos (La niebla y la doncella). Como otras compañeras de su generación, la madrileña también hizo las Américas gracias al auge de la ficción seriada en inglés con Fortitude (2015-17) y Trust (2018).

La intérprete era, en el mejor sentido de la expresión, una 'roba-escenas'; ejemplo de ello fue su papel secundario en el musical 'sobre' Raffaella Carrá Explota, explota (2020). Incluso en sus peores trabajos (una filmografía no se construye con obras maestras), la actuación de Verónica Echegui era siempre superior al material que le ofrecían. No tenía perfil malo, presumía ella, sino un perfil más dulce y otro más duro, y así se lo hacía saber a sus directores. Hasta se rió de ella misma con el papel que le 'regalaron' Los Javis en Paquita Salas.

En los últimos tiempos se dejó ver por la comedia Yo no soy esa (2024), sobre una mujer que despierta del coma tras veinte años, y la adaptación televisiva de la novela de Almudena Grandes Los pacientes del doctor García junto a Javier Rey y Tamar Novas. Aunque 'encasillada' en el humor, Verónica Echegui demostró que también se le daba bien el drama. Estuvo nominada al Goya en cinco ocasiones, y se llevó el 'cabezón' a casa en 2022 como coproductora del cortometraje Tótem Loba.

Verónica Echegui y la televisión, su gran aliada

Uno de sus mejores y más recientes papeles fue en la miniserie Intimidad, donde interpretó a una mujer que, acosada por sus compañeros de trabajo por la filtración de un vídeo sexual, se suicida. En su último trabajo para televisión, la comedia romántica A muerte, interpreta a una publicista que sin querer se queda embarazada y acaba enamorándose de un hombre al que están a punto de operar a corazón abierto. En una entrevista para la revista Fotogramas, publicada hace apenas dos meses, aseguró que tenía miedo, más que a la muerte, a la enfermedad y el sufrimiento. La actriz soñaba con trabajar a las órdenes de Clara Roquet, Elena Martín, Rodrigo Sorogoyen

"Al principio de mi carrera me sentía bastante insegura y no confiaba en que pudiera sostener un personaje toda la película, así que procuraba estar en el personaje 24/7 [veinticuatro horas al día, siete días a la semana]. Hubo algún trabajo que, después de rodaje, incorporé a mi vida –tristeza– por cosas que ni había vivido", reconoció Verónica Echegui. Se refería muy probablemente a El patio de mi cárcel (2008), sobre un grupo de presas que forman un grupo de teatro, o La mitad de Óscar (2010), sobre la turbia relación entre dos hermanos.

Contaba Verónica Echegui que, tras Yo soy la Juani y las películas que rodó tras su electrizante debut, se marchó a Londres y trabajó en una cafetería hasta que se hartó de fregar platos. Y volvió: "Este es un trabajo para disfrutar. Aquí he venido para pasármelo bien. Esto es un juego".

El final de 'Yo soy la Juani'

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