David Trueba estrena hoy en cines Siempre es invierno, con el actor David Verdaguer (Saben aquell, cinta sobre Eugenio por la que ganó el Goya) como un arquitecto –paisajista– que viaja a Bélgica junto a su pareja (Amaia Salamanca) para presentar un proyecto. Allí, y disculpen por destripar la primera secuencia, se quedará compuesto y sin novia. Digamos que Siempre es invierno hace un curioso tándem con la película Muy lejos, estrenada este año, con un Mario Casas cuyo personaje hace borrón y cuenta nueva en Holanda. Hombres... David Trueba (Madrid, 1969), por primera vez en su filmografía, se adapta a sí mismo, pues la base de su nuevo largometraje es su novela Blitz (2014). No es Siempre es invierno una comedia en el sentido estricto del género, sino más bien un caluroso drama adulto. Mejor se explica David Trueba en conversación con El Independiente.

P.- Tengo entendido que dijiste: 'Nunca me voy a adaptar a mí mismo'. Has acabado haciéndolo. ¿Es así?

R.- (David Trueba) No es del todo cierto, pero es parecido. Siempre quise que las novelas estuvieran en el mundo de las novelas, y las películas, en el mundo de las películas. Cuando yo empezaba mi carrera como escritor, era muy difícil que en el mundo literario me recibieran; durante años, con los primeros libros, hubo cierto desprecio. Decían: 'Seguro que ha escrito un guión, le ha dado forma de novela, y lo hará película'. Para mí era muy importante no hacerlo [adaptar una novela suya]. Por suerte, 30 años después de publicar mi primera novela [Abierto todo la noche], todo eso se ha relajado y soy un poco más aceptado; no del todo. Y a mí me empieza a importar menos lo que piensen los demás.

P.- Esa sensación de no sentirte bien recibido, al menos en el mundo editorial, ¿te pasó en algún momento en el cine?

R.- (David Trueba) Sí, al principio también. Mi hermano Fernando ya era muy conocido. Cuando empecé había cierta sospecha o prejuicio, aunque nos llevábamos 15 años; parecía yo más un hijo suyo. Sí hubo ciertos comentarios duros en las primeras críticas; algunos, no todos, por suerte. Pero siempre entendí tanto a los del mundo de la literatura como los del mundo del cine; era un prejuicio natural. Lo que tienes que hacer es que no te condicione mucho el qué dirán e ir trabajando en tu línea. Es verdad que con las dos primeras novelas, no 'existía' para el mundo literario, pero poco a poco la gente iba diciendo: 'Yo le leo y me gusta'. Era importante no mezclar los dos mundos.

P.- Perdón por el cliché, pero dicen que toda adaptación es una traición. Hay que traicionar el material para hacerlo tuyo, pero tú te estás traicionando a ti mismo: '¿Qué me quedo de la novela? ¿Qué cambio?'

R.- (David Trueba) Más que una traición, cuando adaptas un libro, lo que haces es como si desmontas un coche y vuelves a montarlo con piezas diferentes. Pero el coche es un coche; ya sea un coche de carreras, un coche de paseo… Coges piezas cinematográficas para componer el mismo objetivo que era. ¿Qué es un libro y qué es una película? Algo que quieres contar. ¿Qué quieres contar?  ¿Quieres contar que un oficinista llega por la mañana a la oficina estresado y luego lo despiden? No. Quieres contar lo que va por dentro del oficinista. Puedes hasta cambiarle de trabajo porque quedaba muy bien en la novela, pero no es visual. Lo que consideramos traiciones, en el fondo, son necesarias. Una novela que traslada palabra por palabra al cine es una película fallida.

P.- ¿Cómo te tomas que te digan que el libro es mejor que la película o que la película es mejor que el libro?

R.- (David Trueba) Es el único caso en el que el director no se va a enfadar si le dicen, como habitualmente se dice, 'me gustó más la novela'. La novela la lees a solas, con tu propia voz; es más fácil. La película es todo realismo. Está todo ejecutado delante de ti. Hay menos espacio para la participación del lector. Entonces hay mucha gente que se frustra, pero hay infinidad de películas que son mejores que las novelas en las que se basan.

P.- Yo agradezco que una adaptación al cine sea completamente diferente a lo que es el libro.

R.- (David Trueba) Que sea autónoma más que diferente. O sea, que puedan vivir las dos; una como película y otra como libro.

P.- He de reconocer que Saben aquell me dejó hecho trizas, y Siempre es invierno me dio una sensación de calor, como un salón de estar. Una película para estar. Sí, es nostálgica y va sobre una ruptura sentimental y estar perdido. El personaje de David Verdaguer no sabe qué hacer. ¿Con qué ánimo hiciste esta película? Es triste, pero no es triste.

R.- (David Trueba) O sea, es una película que se llama Siempre es invierno y trata de cómo salir del invierno. En ese sentido es optimista. Yo siempre he pensado que el tono de una película son sus últimos minutos porque es el recuerdo con el que se van los espectadores. Tú puedes hacer una comedia donde la gente se lo esté pasando muy bien que si los últimos 10 minutos son tristes, el relato queda manchado de esa tristeza para siempre.

Y al contrario: tú puedes hacer una película como esta, relativamente triste porque parte de una ruptura y, por tanto, el personaje ya está muy tocado desde ese momento. Además se le desmorona también su profesión. Es una persona incómoda en sus zapatos que no acaba de encontrar la solución y que está muy congelado por dentro. ¿Cómo salir de ahí? La película va contando, a su pequeña manera, cómo va llegando el calor. Un calor que derrite las emociones congeladas del personaje.

P.- La mayor parte de la película transcurre en enero. Luego pegas un acelerón. ¿Es igual en la novela?

R.- (David Trueba) La estructura de la novela era ya muy compleja porque hay un gran desequilibrio en la estructura racional. Estaba basada un poco en nuestra sensación con respecto a nuestro recuerdo de un año. ¿Cómo recuerdas el 2020? Esas dos primeras semanas del confinamiento son el año entero. Ese año quizás firmaste tu primer contrato… Nuestro recuerdo tiene una cosa enorme y unos pequeños aderezos. ¿Cómo hacer una película que el 80% transcurre en 2 días y el 20% en un año? Era una idea endemoniada. ¿Cómo son esas secuencias de elipsis, de transición, de paso del tiempo? ¿Cómo van calentándose los personajes? No eres consciente porque las secuencias son breves y, de pronto, el protagonista acaba en la Navidad, pero con Sol.

P.- ¿Es Siempre es invierno una comedia romántica?

R.- (David Trueba) No lo sé. Es especialmente romántica porque el protagonista es muy rocoso; ha sido romántico y ha dejado de serlo. Es verdad que hay mucha comedia romántica en el encuentro de David e Isabel (Isabelle Renauld). Ella ha cerrado ese capítulo; no quiere saber del amor y la pasión. Son dos personajes cerrados que de pronto se encuentran y se ayudan a empujar las puertas. Ahí sí hay un elemento de comedia o película romántica.

P.- David Verdaguer también sale en Muy lejos, otra película española ambientada fuera de nuestro país. Las circunstancias son otras, con la crisis del 2008. Su personaje es bastante desagradable. ¿Qué tiene David que te puede hacer un tío tan desagradable, chulo y sobrado, pero también un tío superdulce, con ese cuerpito, que te llevarías a casa?

R.- (David Trueba) A él le encantaba hacer este papel. Él lo notaba incluso en las reacciones del equipo, que al final son el primer espectador. ¿Por qué hace y dice lo que hace y dice? Es muy incómodo. Él sabía que todo esto iba a hacer que el espectador pasara de 'lo mataría' a 'lo adoptaría'. 'Le odio, le quiero, le odio, le quiero'. Yo creo que él disfruta haciendo estos personajes un poco contradictorios.