La nueva película coreana El Gran Diluvio (The Great Flood), disponible en Netflix, comienza como un intenso thriller apocalíptico en el que un tsunami arrasa la ciudad de Seúl. Sin embargo, a medida que avanza la película la historia evoluciona hacia una trama más compleja en la que se mezclan supervivencia, inteligencia artificial y el verdadero significado de la humanidad.
¿De qué va 'El Gran Diluvio'?
Cuando un gran tsunami amenaza con borrar del mapa a la ciudad de Seúl, la población se encuentra atrapada sin posibilidad de huir. La catástrofe no es un hecho aislado, sino que parte de un evento de extinción a escala mundial provocado por el impacto de un asteroide, que ha acelerado el deshielo de la Antártida desatando un colapso climático global.
En medio del caos está An-Na (Kim Da-mi), una investigadora científica y madre soltera, cuya única preocupación es proteger a su pequeño hijo, Ja-In (Kwon Eun-seong). A medida que el agua comienza a entrar violentamente por las ventanas de su apartamento, ubicado en el tercer piso de un edificio residencial, An-Na comprende que solo hay una dirección posible para sobrevivir: hacia arriba.
Mientras la inundación avanza, An-Na se abre paso entre vecinos aterrados, se defiende de saqueadores y enfrenta situaciones extremas propias del colapso social. Sin embargo, en medio de la confusión, la separan de su hijo, lo que la lleva a una carrera desesperada por encontrarlo. Su rescate llega de la mano de Hee-Jo (Park Hae-soo), un hombre reservado y enigmático que parece saber más de lo que aparenta. Juntos comienzan a buscar a Ja-In, aunque An-Na comienza a sospechar en seguida sobre las verdaderas intenciones de Hee-Jo. Muy pronto queda claro que el destino de los tres, y quizá el del mundo entero, depende de las decisiones que ella tome.
El verdadero trasfondo del desastre
A medida que avanza la historia, El Gran Diluvio revela que la humanidad llevaba años preparándose para un posible evento de extinción. Como respuesta, se creó un proyecto secreto de Inteligencia Artificial llamado Newman 77, del cual An-Na forma parte esencial. Este experimento no buscaba evitar el desastre, sino garantizar que la humanidad pudiera continuar de alguna forma, incluso si el ser humano real desaparecía.
El proyecto se basaba en la creación de cuerpos humanos sintéticos capaces de albergar inteligencias artificiales avanzadas. Estos no son simples recipientes, sino entidades diseñadas para desarrollar conciencia, emociones y vínculos reales. El gran desafío era lograr que una IA pudiera aprender a sentir como un ser humano auténtico.
Para resolverlo, An-Na propuso una idea radical: crear bebés sintéticos que fueran criados como hijos reales. Ella y otra científica asumirían el rol de madres, enseñándoles a amar, sufrir y aprender desde cero. Todo el proceso sería registrado para poder replicarlo en el futuro y así reconstruir la civilización humana si esta llegaba a desaparecer.
La verdad sobre Ja-In y el sacrificio final
Ja-In no es un niño humano, y An-Na no es su madre biológica. La relación que tienen es parte del experimento destinado a mantener las emociones humanas. Aunque ambos viven la catástrofe de forma real, An-Na descubre que su "hijo" no se va a salvar. El plan implica destruir su cuerpo, extraer los datos emocionales que contiene, y llevarlos a un laboratorio espacial para continuar el proyecto.
Después de sobrevivir a la inundación, a An-Na la envían al espacio, pero un accidente altera el curso de los acontecimientos. Entonces comienza una nueva fase del experimento: colocan una versión sintética de An-Na en un simulador que recrea repetidamente la experiencia del desastre.
Su misión es encontrar la manera de salvar a su hijo. Solo si lo logra, la humanidad tendrá una segunda oportunidad. Tras miles de intentos, aprendizajes y errores, la An-Na artificial evoluciona, comprende quién es realmente y logra cumplir el objetivo.
Un final inquietante
El desenlace muestra varias cápsulas espaciales regresando a la Tierra, transportando lo que parecen ser los nuevos habitantes del planeta: adultos y niños creados a partir de inteligencia artificial que son capaces de sentir emociones como lo haría una persona de carne y hueso.
La premisa de desaparición de la humanidad parece haber sucedido, y ahora el futuro del mundo queda en manos de estas nuevas entidades, que deberán descubrir si pueden evitar repetir los errores del pasado.
Así, a través de un escenario apocalíptico, El Gran Diluvio plantea una cuestión mucho más profunda: si una inteligencia artificial pudiera sentir, amar y sufrir como un ser humano, ¿qué es realmente lo que nos hace únicos como especie?.
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