Joan de Sagarra, periodista, crítico teatral y figura emblemática de la vida cultural barcelonesa, ha fallecido este viernes en Barcelona a los 87 años, según confirmaron esta mañana fuentes cercanas al periodista. Hijo del poeta y dramaturgo Josep Maria de Sagarra, Joan creció en un ambiente literario que marcó su trayectoria. Nacido en París en 1938, estudió Derecho en Barcelona, pero en 1961, tras la muerte de su padre, regresó a la capital francesa para formarse en teatro y doctorarse en La Sorbona.
Su carrera periodística comenzó en el semanario parisino Artes. De vuelta en Barcelona, escribió en los años 60 en El Noticiero Universal y El Correo Catalán, donde más adelante sería columnista habitual. Durante la década siguiente firmó también en Tele/eXpres, consolidando su voz en el periodismo barcelonés. En los años ochenta se incorporó a El País, donde publicó durante más de dos décadas la sección La Crónica. Desde 2004 y hasta 2021 fue colaborador habitual de La Vanguardia, diario que hoy le dedica un obituario elogioso.
Su firma apareció además en cabeceras como Por Favor, El Papus, Sábado Gráfico, Fotogramas, La Guía del Ocio, Canigó o El Temps. Publicó dos recopilaciones de artículos: Las rumbas de Joan de Sagarra (1977) y La horma de mi sombrero (1997).
Inventor de la 'gauche divine'
Vinculado ideológicamente a la izquierda y al entorno de la burguesía progresista barcelonesa, fue él quien acuñó en 1967 el término gauche divine, con el que bautizó a una generación de intelectuales y artistas entre el compromiso y el hedonismo. Su admiración por la cultura francesa, que heredó en casa y cultivó personalmente desde joven, le llevó a frecuentar figuras como Sartre, Simone de Beauvoir, Giacometti, Jacques Prévert o Juliette Gréco.
En 1978 fue nombrado delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, un cargo que ocupó solo durante un año. Su intervención política fue breve, pero su papel como observador crítico de la vida pública fue constante. Desde sus columnas combatió con firmeza el pujolismo y el concepto de cultureta catalana, que, a su juicio, despreciaba la literatura catalana escrita en castellano, representada por autores como Juan Marsé, Eduardo Mendoza o los hermanos Goytisolo.
Crítico de teatro
Crítico teatral por vocación más que por encargo, Joan de Sagarra fue durante décadas una de las miradas más lúcidas –y temidas– de la escena barcelonesa. Estudió teatro en la Sorbona y debutó como cronista en Artes, pero fue en Barcelona donde su voz se consolidó. En El Noticiero Universal, El Correo Catalán o Tele/eXpres desplegó una crítica que combinaba ironía, erudición y una profunda exigencia de lenguaje. No creía en etiquetas ni en el teatro como simple vehículo ideológico: lo juzgaba por su ambición artística y su capacidad de conmover. Receloso del repliegue monolingüe de la cultureta catalana, defendió sin complejos una cultura catalana abierta, bilingüe y cosmopolita. "He visto ensayar a mi padre. He vivido los camerinos. No soy un profesional del teatro, pero lo he mamado", dijo en una entrevista con la revista Clarín. Su teatro era la ciudad, y su columna, un escenario donde se representaban a diario sus pasiones, rechazos y fidelidades.
Amante de la conversación y de la buena mesa, era frecuente verle en las terrazas de Barcelona con un puro y una copa de whisky. En la entrevista concedida a la revista Clarín, relató su evolución en gustos alcohólicos: "Cuando escribía las rumbas en el Tele/eXpres bebía Johnnie Walker. Luego me pasé al Rhum Saint James, un ron de la Martinica muy bueno con el que se emborrachaba el almirantazgo británico. Y ahora, desde hace un tiempo, los whiskys irlandeses. Jameson, que es el más fácil de encontrar. Y el Paddy, que es fuerte y barato, lo tomo cuando voy a ver los partidos de rugby" .
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha lamentado su muerte a través de las redes sociales, subrayando "su estilo personalísimo, su visión afilada e irónica de la vida, su sabiduría y su amplio bagaje cultural, que forman un corpus único para conocer la Cataluña contemporánea". Su amigo el arquitecto Oscar Tusquets le ha despedido desde su cuenta de Instagram: "Vamos a lamentar tu ausencia, Joanet. En las últimas comidas de los jueves en el Giardi ya echábamos en falta tus sabias y atrabiliarias intervenciones. Te seguí fielmente desde que te inventaste la Gauche Divine y te empeñaste en que yo me autonombré Príncipe de ésta (por mucho que insistí en que fue una broma de Ana María Moix, no acabaste de bajar del burro). Pero fue en los últimos años, alrededor de una mesa en il Giardinetto, con otros amigos, cada jueves, cuando pudimos compartir algunas filias y muchas fobias personales".
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