La industria editorial española ha cerrado 2024 con un dato histórico: 3.037 millones de euros de facturación en el mercado interior. Es el primer año en que se supera el umbral de los 3.000 millones desde la crisis de 2008. Lo anunciaba este miércoles la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) en la presentación de su informe anual.

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No se trata de una sorpresa. El sector acumula once años consecutivos de crecimiento. Desde 2014, ha experimentado una subida del 39,2% en facturación. Lo que sí resulta llamativo es la consistencia de ese crecimiento: solo en los últimos cuatro años, los incrementos anuales han superado siempre el 5%, y en 2024 las ventas aumentaron un 6,3 % respecto al ejercicio anterior. Los datos del gremio confirman lo que ya avanzó en febrero el estudio de la empresa de análisis de datos GfK: el libro goza de buena salud, al menos en términos comerciales.

La clave no está tanto en el precio medio, que apenas subió tres céntimos –14,69 euros por ejemplar– como en el volumen. El número de ejemplares vendidos creció un 5,6% y alcanzó los 194,5 millones. En paralelo, el libro digital consolidó su papel como segundo formato, con una facturación de 165,5 millones (un 14,9% más) y un precio medio a la baja: 9 euros, frente a los 9,7 del año anterior. También el audiolibro dio un salto significativo, con un crecimiento del 40%.

"El fenómeno español"

El crecimiento no fue homogéneo: el libro de texto, condicionado por los ciclos de renovación de la LOMLOE, retrocedió ligeramente. Pero el resto de materias se incrementaron. La ficción adulta subió un 14% y la literatura infantil y juvenil, un 10,9%. La novela contemporánea sigue siendo el género que más factura: 348 millones de euros. La no ficción, en conjunto, alcanzó los 909 millones. Hasta el cómic y la poesía crecieron, discretamente. También en lo digital se repite la pauta: sube todo. La ficción para adultos creció un 18,6%, la infantil y juvenil un 17,7% y la no ficción un 15,9%. Incluso la poesía digital –que en términos absolutos sigue siendo marginal– subió un 10,8%.

El informe, elaborado por Conecta para la FGEE con el patrocinio de CEDRO y el Ministerio de Cultura, lo llama sin rodeos "el fenómeno español". Daniel Fernández, presidente del Gremio, señala que sus colegas europeos se refieren así a un modelo que combina producción abundante, diversificación de formatos y un "interés creciente por la lectura y los libros", según reflejan también los últimos Barómetros de Hábitos de Lectura.

Las librerías resisten como primer canal de venta, con el 58% del mercado y un crecimiento del 8% respecto a 2023. La producción editorial también creció: 87.542 títulos nuevos, un 2,9% más que el año anterior, con una tirada media de 3.517 ejemplares. El catálogo disponible en el mercado (los llamados títulos vivos) asciende ya a casi un millón.

Sector exportador

Incluso la exportación aportó su grano de arena: 381 millones en ventas exteriores, con México y Francia como principales destinos. La literatura infantil, la de adultos y los libros de religión fueron los géneros más exportados.

La pregunta inevitable es si todo esto equivale a un auge cultural o a un boom de mercado. ¿Leemos más y mejor? ¿Hay más variedad real o solo más rotación? ¿Sobrevive el ensayo o todo es novela de género y no ficción de autoayuda? Las cifras no lo explican todo. Pero invitan, al menos, a una hipótesis optimista: si el libro está vivo, la lectura aún tiene margen de conquista.