El ambiente de crispación que acompaña al X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) en Arequipa, Perú, ha recibido un nuevo impulso este miércoles con las palabras de Arturo Pérez-Reverte. Parecía que el académico y escritor había decidido adoptar una posición de prudencia, después de que ayer decidiera no pronunciarse sobre la polémica suscitada la semana pasada por las declaraciones del director del Cervantes, Luis García Montero, contra el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado.

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Pero menos de 24 horas después de asegurar que "las guerras no son buenas", y que no se había enterado de la polémica porque está escribiendo una nueva novela, el académico ha cargado contra lo que considera una política de "colonización institucional" por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Instituto Cervantes.

En un tuit difundido este miércoles, Pérez-Reverte ha acusado a los sucesivos ministros de Exteriores de "incompetencia" a la hora de cultivar el vínculo iberoamericano y ha señalado que España lo habría perdido del todo de no ser por el prestigio diplomático la lengua española, sostenido por la Real Academia Española.

Según Pérez-Reverte, el acual ministro de Exteriores, José Manuel Albares, "a través de su mediocre y paniaguado director del Cervantes" –a García Montero no se molesta en llamarle por su nombre–, pretende "colonizar el ámbito natural de la RAE abriéndose paso a codazos para protagonizar la fotografía" y "prepararse para controlar también la Academia, si se le permite hacerlo".

Estas palabras llegan en un contexto de tensión creciente, después de que el pasado jueves García Montero definiera a Muñoz Machado como "un catedrático de Derecho Administrativo experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias". La RAE replicó con una nota de "absoluta repulsa", calificando las palabras de "incomprensibles", "inoportunas" y "ofensivas" y defendiendo la labor de su director y su doble elección "democrática" al frente de la institución.

Pocas horas antes de que el rey inaugure el CILE en Arequipa, Pérez-Reverte ha decidido hablar, señalando desde España la "siniestra mezcla de egos revueltos y mala fe” que enrarece la política cultural española. Si el martes se limitó a declarar que "no se había enterado de nada", el tuit de hoy revela que su silencio no era prudencia ni diplomacia: solo estaba esperando el momento oportuno para disparar.

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