Alexandre Escrivà (Valencia, 1996) tenía claro que para su segunda novela tenía que superarse a sí mismo. El último caso de William Parker (Alfaguara, 2023) había sido un éxito rotundo: fue finalista del Premio Morella Negra a mejor escritor novel y logró que se publicase en todo el mercado hispanoamericano. Con esta ambición por bandera, esta joven promesa de la literatura española desplegó sus retorcidas ideas en un inicio cuanto menos mediático: si para el primero había hecho rodar la cabeza de un cadáver por las calles de San Francisco, en El misterio Hannah Larson (Alfaguara, 2025) plantea el suicidio en directo de Patrick Howard, un popular periodista del true crime, durante el programa con más audiencia de Estados Unidos.

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Lo que en primera instancia parece un traumático suicidio deriva rápidamente en una compleja investigación policial tras descubrirse que el periodista se encontraba inmerso en la escritura de un libro sobre un comprometido crimen que quedó sin resolver: el de Hannah Larson, una joven de diecisiete años brutalmente asesinada 20 años antes y cuya muerte salpicó a varios miembros de la alta sociedad neoyorquina.

"Lo primero en lo que pensé fue en la imagen de esas primeras páginas", explica Escrivà en conversación con El Independiente. "Si no son del todo impactantes, el lector abandonará el libro". El autor imaginó "el late night, la pantalla gigante, el periodista entrando en directo y el momento en el que se suicida. Tenía que ser impactante. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué lo ha hecho? Y, más importante, ¿por qué de esta manera?". Entonces, se puso a escribir.

'El Joël Dicker español'

Parece mentira que tras esa sonrisa y tímido orgullo por su escueta (pero prometedora) carrera se esconda una de las mentes más oscuras de la novela negra actual. Desde sus inicios, la obra de Escrivà se ha comparado con la del suizo Joël Dicker (La verdad sobre el caso Harry Quebert, 2012), siendo considerado por muchos como "el Dicker español". Para Escrivà, esto es "un halago", aunque procura "no pensar mucho en ello. Si lo hago, me pongo presión de más, así que me limito a escribir lo que me gustaría leer. Si luego gusta, pues yo encantado".

Portada de 'El misterio Hannah Larson'
Portada de 'El misterio Hannah Larson'. | Penguin Random House

Sin embargo, el autor admite leer las críticas de sus libros y aquello que se dice de él en redes sociales, algo que asegura "no es del todo bueno". "Intento ser lo más cercano posible con los lectores, pero no quiero sabotearme leyendo todo lo que se escribe de mí y lograr que un comentario hecho con mala intención me duela. El ser humano tiene esa naturaleza: si hay 100 comentarios positivos y uno negativo, nos centramos en el negativo", expone Escrivà. Él trata de que no le afecte demasiado, algo que sería "muy propio" de Alison Hess, la protagonista de la novela.

"Alison tiene mucho de mí: es insegura y sufre del famoso Síndrome del Impostor. Cree que no es capaz de conseguir ciertas cosas pese a que todo el mundo le diga que sí lo es y, a la vez, es híper responsable: todo tiene que pasar por ella y no es capaz de delegar. Esa dualidad de querer hacerlo todo y, al mismo tiempo, no creerse capaz de hacerlo, la convierte en el personaje más complejo que he escrito hasta el momento", explica su autor. Así, con todo este batiburrillo emocional, la detective se enfrenta a su primer caso que, lejos de ser un simple suicidio, le arrastrará a los rincones más oscuros de una ciudad que guarda silencio sobre sus pecados.

Nueva York, ciudad de luces y sombras

La laberíntica ciudad de Nueva York engulle, traga y escupe a los personajes de El misterio Hannah Larson quienes, entre luces de neón y rascacielos infinitos, luchan por defender su verdad (o su mentira). Cuando en 1993 apareció el cadáver de Hannah Larson a orillas del río Hudson, fueron tres los principales sospechosos del crimen: el clérigo de la parroquia a la que acudía la joven, el candidato a la alcaldía de la ciudad y el propio detective que investigaba el caso. "No quería que los personajes fueran superficiales", recuerda el autor. "Se habla mucho de novelas de personajes, pero no me gusta referirme a mi novela con esa etiqueta: la trama es también súper importante y no he estado dos años de mi vida currándomelo muchísimo para que luego se le quite protagonismo a una cosa u otra".

Es por ello que la estructura de la novela es motivo de orgullo para Escrivà, quien la concibió como "un juego de muñecas rusas". Así, en la última y minúscula muñeca, el lector se encuentra con un manuscrito: aquel que escribía Patrick Howard antes de suicidarse y que destapaba toda la verdad sobre quién mató a Hannah Larson, y que alguien –o algo– se ha tomado muchas molestias en hacerlo desaparecer.

Escrivà admite haber tenido en mente a Carlos Ruiz Zafón durante la escritura de El misterio Hannah Larson: "Sus libros hablaban, a su vez, de literatura. Eso siempre me ha causado mucha curiosidad". Los personajes de su obra se enfrentan a un libro que no existe y, sin embargo, el lector de la misma tiene el privilegio de leerla. Es quizá este mimo hacia su público lo que ha hecho que se formen extensas colas en la Feria del Libro de Madrid (que, casualmente, tiene este año a la ciudad de Nueva York como eje principal de la misma), compuestas por ávidos fans de su obra dispuestos a conocerle.

Un género de clichés

Un suicidio en directo, un crimen sin resolver y alguien predispuesto a que la verdad no salga a la luz son los ingredientes de una historia que no solo busca resolver un crimen, sino revelar cuán alto puede llegar la impunidad cuando la verdad incomoda. En todo el entramado de investigaciones, El misterio Hannah Larson contiene una clara denuncia a un mundo corrupto, aunque no es "la principal intención" de su autor.

"La novela negra es un género en el que se hace mucha crítica social. Es un buen altavoz para reflejar la sociedad de hoy en día, pero mi intención es otra. Yo busco escribir un libro con el que los lectores disfruten aunque, llegado a cierto punto, hay que poner según qué temas sobre la mesa", explica Escrivà, quien aprovecha para constatar que "la novela negra está en un muy buen momento en España".

Los elementos mencionados son el esqueleto de El misterio Hannah Larson, pero también de Diez negritos, Muerte en el Nilo o Asesinato en el Orient Express. Escrivà admira y homenajea a Agatha Christie en su libro. "La novela negra tiene una estructura y unos personajes base y, a veces, está bien salirse del molde. Yo mismo lo he hecho con Alison: podría haber escrito sobre una mujer empoderada, algo que cada vez se ve más, pero, en cambio, he optado por crear un personaje que es muy personal", asegura el valenciano.

Pese a ello, Escrivà se declara fan "de los clichés", y defiende que estos pueden ser "muy diferentes" entre sí. "Es lo que pasa con el famoso enemies to lovers [novelas románticas en las que los dos personajes principales comienzan siendo enemigos para terminar siendo amantes]: desde el inicio sabes cómo va a terminar. Pero, aunque estén dentro de un cliché, cada personaje es distinto y cada autor lo hace suyo. Eso es lo complicado", señala.

En el caso de la novela negra, el cliché son los giros inesperados, y El misterio de Hannah Larson, está cargado de ellos –empezando por el apellido de la víctima, que remite al thriller nórdico–. "Este libro tiene muchísimos giros, sobre todo al final", explica su autor, quien admite esto fue "lo más complicado del proceso de escritura". "Me pilló en un momento en que estaba con mi trabajo de músico [Escrivà es clarinetista clásico] y con la promoción del primer libro. Tuve que pedirle a la editorial un momento de pausa para poder estar en casa y escribir todos los días: me enfrentaba a las últimas 100 páginas y sentía que todavía me quedaban muchas cosas por desvelar. Por relacionar con capítulos pasados".

Ahora, El misterio Hannah Larson está resuelto y Escrivà tiene el ojo puesto en otros casos, que espera vean la luz pronto. "No puedo contar nada, pero estoy metido de lleno en la próxima historia. Lo único que puedo decir es que mi idea es que no tarde tanto en salir como lo ha hecho esta", asegura el autor.

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