El pilates se ha convertido en una de las disciplinas más completas para mejorar la fuerza, la postura y el confort mental, un entrenamiento que en pocos días ofrece resultados medibles. Mediante una forma de entrenar que combina el movimiento consciente, el control del cuerpo y la respiración, el pilates transforma el cuerpo progresivamente, siempre que exista regularidad en la frecuencia de las propias sesiones.

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Resultados del pilates

Durante las dos primeras semanas, el cuerpo se adapta al ritmo del pilates. Durante este tiempo comienzan a percibirse ligeras mejorías en la postura, en la coordinación y en la movilidad de las articulaciones. La musculatura profunda del abdomen comienza a activarse de manera natural, lo que ayuda a mantener una posición más erguida. Por lo general, se pueden percibir dinámicas de mejoría, pero no son muy evidentes. Es el inicio de la mejoría de la habilidad de controlar el cuerpo, uno de los rasgos que caracterizan esta disciplina.

Las pruebas científicas refrendan esta evolución temprana. Investigaciones publicadas en Journal of Bodywork and Movement Therapies registran que el hecho de practicar pilates de una forma regular, aún con tan sólo dos sesiones semanales, hace mejorar, antes de un mes, tanto la flexibilidad como el equilibrio. Ayuda a cuidar el bienestar físico y mental, pues disminuye la tensión muscular acumulada y la capacidad de concentración.

Entre tres y ocho semanas

A partir de la tercera semana la evolución comienza a apreciarse. Por un lado, la la postura y alineación del cuerpo mejora notablemente; por otro, los movimientos adquieren una mayor fluidez; además el propio cuerpo se pone más fuerte. Entre la sexta y la octava, la definición muscular comienzan a ser cada vez más evidentes en los abdominales, en los glúteos y en la zona lumbar. Un estudio que recoge Archives of Rehabilitation Research and Clinical Translation confirma que tras dos meses, la capacidad funcional y la postura mejoraron en personas que realizaron pilates unas tres veces por semana.

Los efectos del pilates

Investigaciones publicadas recientemente han demostrado que el pilates incrementa la flexibilidad y la masa muscular y la fuerza funcional; así lo dice un estudio publicado en Nature, que mostró que las personas que realizaron pilates durante dos meses, tres días a la semana, experimentaron un incremento en la masa magra y la fuerza de agarre. Estos cambios ocurren sin impacto articular y con una mejora del control del movimiento a gran escala.

Bienestar y control del estrés

La práctica del pilates también tiene beneficios psicológicos que están demostrados por la ciencia; una investigación publicada en la revista Healthcare llega a la conclusión de que una sesión semanal de una hora durante tres meses reduce significativamente la ansiedad, la depresión y el estrés. La práctica permite establecer una relación entre la mente y el cuerpo y produce un sentimiento de equilibrio emocional.

Cómo optimizar los resultados del pilates

Si bien es cierto que el pilates desarrolla la fuerza y la estabilidad de la persona, no tiene como objetivo aumentar la fuerza de forma considerable en el cuerpo; combinarlo con ejercicios de resistencia o pesas puede llegar a maximizar los resultados. La recuperación es importante, y respetando los tiempos de descanso se consolidan las adaptaciones musculares y se evita el sobreesfuerzo.

Constancia y técnica

Los beneficios del pilates dependen de la regularidad. Practicar de dos a cuatro veces por semana es suficiente para tener un progreso en la postura, la fuerza y la flexibilidad. Logra una técnica efectiva y la respiración controlada asegura que cada movimiento se ejecute con los músculos adecuados y así obtener el máximo rendimiento; con la combinación de ambas, se notarán los efectos antes de los dos primeros meses.

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