Con la llegada de noviembre y el avance del otoño, los mercados y nuestras cocinas se llenan de productos propios de esta época del año. Después de los meses de verano, en los que frutas como la sandía, el melón o el mango y verduras como el tomate o la lechuga acaparaban la atención, llega el momento de dar protagonismo a alimentos más propios de la temporada: uvas, manzanas, peras, kiwis, caquis, brócoli, calabaza o pimientos, que ya destacaron en octubre. Ahora, nuestro organismo agradece frutas jugosas y verduras con más sabor que nos ayudan a afrontar el frío, aportan vitaminas y fibra y hacen que los platos sean más reconfortantes.
¿Por qué es importante consumir alimentos de temporada?
Elegir frutas y verduras de temporada tiene múltiples beneficios desde más sabor y nutrientes hasta un precio más accesible, y a continuación explicamos el por qué.
Elegir frutas y verduras de temporada aporta más que sabor a los platos: tiene efectos directos sobre nuestra salud, la economía y el medio ambiente. Los productos que se recolectan en su momento óptimo conservan mejor su textura, sabor y nutrientes como vitaminas, minerales y antioxidantes, que se pierden cuando los alimentos se almacenan o transportan durante largos periodos. Además, cada estación ofrece alimentos que ayudan al cuerpo a cubrir sus necesidades: por ejemplo, en otoño e invierno los cítricos y verduras de hoja verde aportan vitamina C y minerales que fortalecen las defensas naturales.
Optar por productos de temporada también reduce el impacto ambiental. Al ser alimentos locales y de estación, requieren menos transporte y conservación artificial, lo que disminuye las emisiones y el consumo de recursos. Además, este tipo de consumo favorece la economía local: al acortar los circuitos de distribución y evitar intermediarios, se apoya a los agricultores de proximidad y, en muchos casos, se pueden encontrar precios más competitivos.
Por tanto, consumir frutas y verduras de temporada no solo mejora la calidad de nuestra dieta, sino que también nos permite hacer elecciones más responsables y sostenibles.
Frutas y verduras de noviembre
Frutas
- Manzanas: ricas en fibra y antioxidantes, ayudan a regular el tránsito intestinal y protegen el corazón.
- Peras: aportan fibra y agua, favoreciendo la digestión y la hidratación.
- Kiwis: una fuente excelente de vitamina C y antioxidantes que refuerzan el sistema inmunitario.
- Mandarinas y naranjas: cargadas de vitamina C y minerales, ayudan a prevenir resfriados y mantener la piel saludable.
- Caquis: contienen fibra, vitaminas A y C, y compuestos antioxidantes que protegen las células.
- Granadas: ricas en antioxidantes, ayudan a combatir la inflamación y protegen el corazón.
Además de estas, destacan otras como el plátano, pomelo, uva, chirimoya, limón o frambuesa. También podemos encontrar algunas de recolección tardía (piña, aguacate o papaya) o de recolección temprana (coco, maracuyá o lima).
Verduras
- Calabaza: aporta betacarotenos (antioxidante y vitamina A) y fibra, favorece la visión y la salud digestiva.
- Brócoli: fuente de vitamina C, K y antioxidantes, contribuye a la protección celular y el sistema inmune.
- Coles (repollo, coliflor, coles de Bruselas): ricas en vitaminas, minerales y fibra, ayudan a la digestión y aportan compuestos antioxidantes.
- Zanahorias: contienen betacarotenos que ayudan a la vista y fortalecen la piel.
- Acelgas y espinacas: aportan hierro, calcio y vitaminas, útiles para huesos fuertes y energía.
- Pimientos: ricos en vitamina C y antioxidantes, ayudan a proteger la piel y las defensas.
- Remolacha y nabo: contienen minerales y fibra, favorecen la circulación y la digestión.
En conclusión, incluir estas frutas y verduras de temporada en la dieta diaria ayuda a mantener una alimentación equilibrada y aporta vitaminas, minerales y fibra esenciales. Los expertos recomiendan consumir al menos cinco porciones al día y destacan que elegir estos productos potencia sus beneficios, cuidando tanto la salud como el entorno, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades.
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