Dormir bien no siempre está estrechamente vinculado a una serie de estrictas rutinas, suplementos o remedios de cosecha tradicional. En muchas ocasiones, la solución está de nuestro lado en forma de alimentos naturales. Algunas frutas nos ofrecen compuestos que facilitan el sueño, ayudan a relajar el cuerpo y nos ofrecen alternativas para preparar nuestra mente con el propósito de que esta descanse.

Anexarlas a la dieta nocturna puede suponer una gran diferencia e integrarse con fluidez como una muy efectiva y sencilla herramienta de mejora del descanso, que será continua y sin complicaciones.

Frutas que favorecen el sueño

Cerezas y su aporte natural

Las cerezas son especialmente renombradas gracias a su bajo índice glucémico, su contenido natural en melatonina (una sustancia fundamental para la regulación de los ciclos de sueño) así como por los polifenoles, que también ayudan en el proceso de disminuir la inflamación y propiciar un estado general más relajado. Además, su alta concentración de agua permite mantener una correcta hidratación, mientras que sus vitaminas y el contenido de fibra las convierten en una opción ligera para la noche. El hecho de comer cerezas antes de irse a dormir facilita la modificación del entorno fisiológico para poder dormir mejor.

Plátanos y su combinación de minerales

El plátano es un alimento que aporta triptófano y vitamina B6, dos factores imprescindibles en la producción de la serotonina, sustancia que favorece la calma y el bienestar. Además, aporta magnesio y potasio, dos minerales que relajan tanto la musculatura como el sistema nervioso y disminuyen la tensión acumulada en las distintas situaciones que nos exige la vida cotidiana. A pesar de estar presente, en el plátano, azúcares sencillos naturalmente presentes, su composición nutricional permite considerarlo como una opción a utilizar para un tentempié nocturno que no modifica en exceso las tasas de glucosa, favoreciendo al mismo tiempo la preparación del cuerpo para el descanso nocturno.

Las frutas más efectivas para conciliar el sueño

El kiwi se encuentra entre las frutas más atractivas para potenciar la calidad del sueño nocturno. Consumir dos piezas de esta fruta antes de acostarse permite aumentar la calidad y la duración del sueño. Contiene melatonina, serotonina y folato, constituyendo por lo tanto un marco que favorece un entorno fisiológico óptimo. También aporta vitamina C como un excelente antioxidante que ayuda a la recuperación celular, su fibra insoluble también favorecerá la digestión y, en consecuencia, mejorar la estabilidad y la calidad del descanso, puesto que reduce las molestias digestivas.

Otros beneficios del kiwi

El kiwi también presenta actinidina, que es la enzima con capacidad digestiva de las proteínas y que contribuye a mitigar las cenas lo más abundantes. De esta forma contribuimos a evitar la molestia del estómago cargado y forzamos de esta forma una mejor transición al sueño. Puedes comprobar el escaso protagonismo del azúcar, junto con el elevado contenido de agua y su contenido equilibrado, permitidos para irse a dormir. Su versatilidad le otorga el rango como una de las frutas más variadas para resolver el sueño de las personas sin la ayuda de suplementos.

Hábitos nocturnos

El organismo descansa mejor cuando la cena es fácil de digerir e incluye una comida de baja carga. A lo largo del día, introducir una de estas piezas de fruta al final puede aportar vitaminas, minerales y compuestos que regulan el sueño para que el cuerpo esté en plena calma. Esta práctica toma como propio el trabajo de la digestión y, al mismo tiempo, ayuda a preparar el sistema nervioso para poco a poco llegar a un estado de tranquilidad adecuado para dormir a una buena profundidad.

Rutina estable

El consumo habitual de estas frutas potencia sus beneficios. El poder incorporarlas en un ciclo nocturno habitual hace que el propio cuerpo las asocie con el instante del sueño. Esta continuidad favorece que sus compuestos naturales se activen con eficacia y, así, puedan ser eficaces para mejorar la calidad del sueño, convirtiéndose en una estrategia simple y natural para descansar mejor cada noche.