En los años 50 del siglo pasado, casi como por arte de magia, se produjo una serendipia o hallazgo fortuito. Mientras algunos investigadores buscaban un medicamento que hiciera frente a la tuberculosis, se dieron cuenta de que aquellos pacientes que en un primer momento estaban deprimidos, se encontraban mejor tras ingerirlo y estaban más "felices". Fue el comienzo de los antidepresivos, medicamentos recetados para tratar la depresión.

En 2021 la caída del Covid dejó entrever con mayor claridad el aumento de los trastornos de salud mental, para los que se tuvieron que habilitar plantas de ingreso nuevas o unidades de atención a domicilio. Preocupaban especialmente las autolesiones e intentos de suicidio y los trastornos de la conducta alimentaria. Desde entonces, la pandemia de la salud mental ha estado en boca de la sociedad, y ha sacado a relucir las patologías que sufren muchos.

El trastorno depresivo mayor afecta a casi 40 millones de personas de todas las edades en Europa y es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. De media, un 18% de la población mundial ha tomado medicación para el estrés y la depresión en el último año. Según el estudio Health Service Monitor 2022 de Ipso, el porcentaje es muy similar al de España, donde 1 de cada 5 personas también declaran haber tomado este tipo de medicamentos, en línea con las cifras de la mayoría de los países europeos. Luis Agüera, jefe de sección de psiquiatría del Hospital 12 de octubre y vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), recuerda que "hay personas que toman antidepresivos, pero no tienen depresión". "Sirven también para tratar otras enfermedades, como el trastorno obsesivo-compulsivo o para los ataques de ansiedad", apunta.

Amitriptilina, amoxapina, desipramina (Norpramin) o doxepina son varios de los medicamentos para tratar la depresión. Algunos consideran que se toman como si fueran caramelos, algo que rechaza el psiquiatra, aunque reconoce que "algunos las toman cuando sienten malestar porque creen que sirven para ser más felices y vivir mejor". Para Agüera, ante las dificultades de la vida, "cada vez se busca más tomar la pastilla como en la ciencia ficción, creen que por arte de magia las cosas no les van a afectar". "Tomar un medicamento antidepresivo para echar mano de los problemas de la vida no funciona", comenta.

La depresión es una enfermedad que se puede tratar tanto con medicamentos como con psicoterapia. El origen de las pastillas se remonta a los años 60. Desde entonces, en psiquiatría siempre ha habido fármacos eficaces para la depresión, pero tenían muchos efectos secundarios. "Salvaron muchas vidas a costa de tener dificultades y efectos adversos", comenta el psiquiatra.

Revolución farmacológica

La revolución farmacológica en psiquiatría ha llegado estos últimos meses: la esketamina. Y es que a pesar de los avances en el tratamiento, los medicamentos antidepresivos disponibles hasta el momento pueden tardar entre cinco y ocho semanas hasta lograr su efecto completo. Este fármaco, en cambio, pretende revolucionarlo todo. Viene como un soplo de aire fresco con novedades: es un mecanismo diferente al que existía antes, su vía de administración es distinta y su acto reflejo disminuye.

El Ministerio de Sanidad dio en noviembre del año pasado luz verde a la obtención de precio y reembolso de Spravato (esketamina para pulverización nasal), el primer y único tratamiento aprobado en España para el trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento (DRT).

Cada vez se busca más tomar la pastilla como en la ciencia ficción, creen que por arte de magia las cosas no les van a afectar

El nuevo fármaco, de Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson, está indicado en pacientes que no han respondido al menos a dos tratamientos antidepresivos diferentes. Respecto a su forma de administración, es a través de la vía intranasal. Además, su efecto es eficaz a partir de las 24 primeras horas, reduciendo los síntomas depresivos en el día 28 y el riesgo de recaídas. Cosa que no se debe pasar por alto. "Hay que recordar que la depresión, como cualquier otra enfermedad, tiene mortalidad, el suicidio. Una persona que está en riesgo de suicidio, tiene que esperar mucho para que los fármacos le hagan efecto y esto es una alternativa".

¿Durante cuánto tiempo se pueden tomar?

La evidencia científica ha convencido a los psiquiatras de que el tratamiento de la depresión tiene que ser largo. "Antes se hacia el mínimo tiempo posible, si ya estabas bien no tenías que seguir tomándolo, pero la depresión es una enfermedad que tiene un riesgo de recaída", apunta Agüera.

Los expertos recomiendan tomar las pastillas entre los seis meses y un año. No para curarse, que te puedes curar antes, si no para no volver a caer en esa depresión. "Si una persona ha tenido un episodio de depresión en su vida, si no se trata adecuadamente, tiene un 50% de riesgo de tener un segundo episodio. Si tiene 2 episodios, tiene un 80% de tener otro más", explica el psiquiatra.

Varios estudios sostienen que los antidepresivos se pueden utilizar durante años sin que perjudique a la salud de la persona. "Son fármacos muy seguros, los tranquilizantes sí que crean dependencia, pero los antidepresivos no", asegura el jefe de psiquiatría del Hospital 12 de octubre. Los antidepresivos ayudan, dice, "sobre todo para aquellas personas que tienen tendencia a recaer en su depresión".

El episodio depresivo se desencadena dependiendo de la vulnerabilidad de la persona. Algunos son más vulnerables, y no les tienen que ocurrir muchas cosas para que desencadenen en una depresión. "A veces ni siquiera tienen una razón en concreto, por eso estas personas se tienen que cuidar toda la vida, al igual que se tiene vulnerabilidad a tener depresión, se tiene a recaer", añade el doctor.