Las queratosis actínicas, una de las enfermedades que afecta a más del 28% de la población española, representan una primera fase en el desarrollo del cáncer de piel. Se las considera lesiones premalignas que, de no tratarse a tiempo, pueden convertirse en un cáncer cutáneo. Afectan principalmente a las personas de piel clara, y a aquellos que trabajan al aire libre. Son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. De hecho, representan, en la actualidad, la tercera o cuarta causa por la que se acude al dermatólogo.

Concretamente, son consecuencia de la exposición al sol: "Se trata de lesiones provocadas por la acumulación de daño solar en los queratinocitos de la piel", apunta el dermatólogo y cirujano de Mohs del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, el doctor Tomás Toledo; quien alerta, igualmente, de que se espera que su incidencia aumente con los años, fruto de una mayor esperanza de vida en nuestra sociedad.

Tal y como explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se trata de una dermatosis que evoluciona progresivamente y de forma lenta; más habitual en determinadas zonas del cuerpo (las que más solemos exponer al sol): el cuello, la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el dorso de las manos, así como el cuero cabelludo

La importancia de la detección precoz

Así, el doctor Toledo indica que es frecuente que la persona afectada presente más de una lesión de queratosis actínica: “Se trata de lesiones que son un poco abultadas en los brazos y en las manos; mientras que mantienen un aspecto plano en el cuero cabelludo, en la cara, y en el cuello. Son, en general, menores a un centímetro de diámetro; y pueden ser ásperas al tacto, así como del color de la piel o bien marronáceas, rojizas, o amarillentas”.

Eso sí, avisa este experto de que es fundamental detectar las queratosis actínicas en sus fases más iniciales porque, de no ser así, pueden incrementar de tamaño, dificultando así su tratamiento; aparte de dar lugar a metástasis mediante la invasión de otros tejidos u órganos.

Las opciones de tratamiento

A su juicio, el cáncer de piel es un "desafío clínico", debido a la multiplicidad y a la extensión de las lesiones. El tratamiento convencional, según prosigue el especialista de Quirónsalud Infanta Luisa, puede basarse en técnicas diversas como la crioterapia, la quimioterapia tópica, así como en la terapia fotodinámica.

"El manejo de un área de este tipo requiere de una alta precisión, por un lado para evitar dañar los tejidos sanos circundantes, y por otro, para erradicar todas las células anómalas", afirma el doctor Tomás Toledo, subrayando en este punto que la arcoterapia volumétrica de intensidad modulada o VMAT destaca en este aspecto por "su habilidad para adaptar la intensidad y distribución de la radiación en tiempo real", lo que permite "tratar efectivamente zonas amplias de cancerización, y sin causar daño a los tejidos normales adyacentes".

Desde los servicios de Dermatología y Radioterapia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa trabajan de forma conjunta en el tratamiento de varias afecciones cutáneas malignas y precancerosas con esta técnica que, según aseguran, permite mejorar los resultados de las técnicas tradicionales.

Un nuevo horizonte para esta patología

El dermatólogo y cirujano de Mohs Tomás Toledo valora así que la VMAT ha abierto "un nuevo horizonte", siendo "especialmente beneficiosa" en múltiples lesiones dentro de un campo de cancerización, una zona de la piel con alteraciones a nivel celular que predisponen al desarrollo de múltiples neoplasias (como son las queratosis actínicas). 

“La VMAT es muy útil en estos casos, dado que permite un abordaje focalizado, adaptándose a las irregularidades de la piel. Esto la convierte en una opción terapéutica superior a las técnicas tradicionales, que podrían no ser lo suficientemente específicas o podrían requerir múltiples sesiones”, prosigue.

Por su parte, la jefa del Servicio de Radioterapia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Isabel Ramos, ensalza que la VMAT es una técnica avanzada de radioterapia externa que ofrece una administración de radiación altamente precisa y conformada al área de tratamiento. “Para ello, el acelerador lineal rota alrededor del paciente, modulando la intensidad del haz de radiación en tiempo real, para adaptarse a la forma y a las dimensiones del tejido objetivo”, agrega.

Por último, la oncóloga radioterápica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Julia Montañés resalta las ventajas clínicas de utilizar VMAT en dermatología, ya que implica un menor tiempo de tratamiento por sesión, una reducción significativa de los efectos secundarios y, en su opinión, lo más importante: "La posibilidad de tratar eficazmente áreas extensas de cáncer de piel y con un enfoque altamente preciso".