El brócoli se ha consolidado como un alimento fundamental a la hora de establecer una dieta equilibrada, integral y rica en nutrientes imprescindibles. Esta verdura, habitual en numerosas cocinas, no sólo destaca por su versatilidad en recetas sanas sino también por las múltiples ventajas que proporciona al organismo cuando se toma periódicamente. Introducir el brócoli en la alimentación diaria ayuda al correcto funcionamiento de distintos sistemas del cuerpo, aunque, como ocurre con cualquier alimento, conviene asegurar la diversidad en la dieta de forma que se consiga un aporte completo de los nutrientes.

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El brócoli y su impacto en la salud digestiva

Comer brócoli cada día proporciona una gran cantidad de fibra. Este nutriente es esencial para fomentar el tránsito intestinal y prevenir la aparición de problemas como el estreñimiento. Además, la fibra contribuye a que la microbiota intestinal esté en equilibrio, lo que favorece la salud del aparato digestivo, además de ello, contribuye a la mejora de la absorción de los demás nutrientes que son importantes para el organismo.

Sulforafano y sus propiedades protectoras

El sulforafano es uno de los compuestos más destacados del brócoli. Este isotiocianato se vincula a efectos positivos sobre el organismo digestivo apoyado por sus propiedades antioxidantes, así como por sus propiedades antimicrobianas. Asimismo, su función puede ayudar a proteger las células frente a las agresiones oxidativas, y puede llegar a incidir en su capacidad de reducir la inflamación, contribuir a la mejora de las defensas naturales del intestino ante elementos ajenos en el medio y para algunas personas con propiedades similares a las de los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE).

Beneficios del brócoli para el sistema inmunitario

Una porción de brócoli de 200 gramos contiene casi el doble de las necesidades diarias de este suplemento dietético. Este poderoso antioxidante potencia las defensas del organismo al incrementar la barrera frente a infecciones además de aumentar la producción de colágeno, que es lo que hace falta para reparar tejidos. En cualquier caso, lo que debe prevenirse es que la cocción sea excesiva y como consecuencia pierda cantidades elevadas de este último, para que así se pueda aprovechar en profundidad el efecto.

Folatos y la salud celular

El brócoli es también una fuente importante de folatos, unos nutrientes que son necesarios para el crecimiento y la reparación de las células. Comer esta verdura todos los días nos aportará en torno a un 25 % de nuestros requerimientos de folatos, lo que puede ser muy ventajoso en periodos de crecimiento, durante el embarazo o en situaciones que requieren un recambio celular más intensivo.

Minerales del brócoli

El potasio y la función muscular

El brócoli contiene 370 miligramos de potasio por cada 100 gramos, el cual es un mineral que el organismo puede almacenar. Este mineral es necesario para la correcta función de los músculos, el sistema nervioso, el equilibrio de los líquidos en el cuerpo, la contracción y la presión arterial durante el día.

Calcio y fósforo en la estructura ósea

El brócoli contiene calcio y fósforo, que colaboran en la conservación de los huesos y dientes. El calcio (56 mg cada 100 gramos) por sí solo no cubre las necesidades diarias, por pero combinarlo con alimentos que los aportan en cantidades adecuadas, ayuda a mejorar la estructura del hueso.

La ingesta habitual de brócoli puede ser una aliada para la salud, además de que se encuentra dentro de una dieta variada, equilibrada y que tenga en cuenta el estado de salud de cada persona. Sus vitaminas, minerales y compuestos bioactivos trabajan en conjunto protegiendo al organismo, con un reforzado de las defensas y con un funcionamiento óptimo. La incorporación habitual del mismo en las comidas permite obtener toda su potencialidad pero no caer en el exceso.

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