El incremento sostenido de las temperaturas de España dejan lugar a una situación propicia para la expansión de garrapatas por toda la geografía nacional. Una realidad, que preocupa a la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental y que señala que el ritmo de crecimiento de sus poblaciones está aumentando claramente y que el rango de su hábitat está invadiendo zonas situadas muy cerca del ámbito de la actividad humana. En este sentido, prevención y control pasan a ser una rápida prioridad para la salud pública y ambiental.

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Aumentan las garrapatas

La temperatura hace las veces de catalizador del metabolismo de las garrapatas, y de esta manera permite que puedan completar su ciclo vital con mucha más rapidez. Esto permite que se incremente la frecuencia con la que se reproducen, es decir, que aumenta el número de ejemplares activos durante todo el año. El periodo de actividad, que hasta entonces sólo se había dejado ver en primavera y verano, se ha manifestado durante la mayor parte del año, especialmente en las zonas del sur peninsular y en las zonas mediterráneas.

Nuevos hábitats colonizados

Las garrapatas ya no están restringidas al entorno rural; su difusión se debe a la cada vez más frecuente presencia de hospedadores como conejos, roedores, ardillas y aves que han colonizado parques, jardines y espacios verdes de las localidades urbanas e incluso de las zonas costeras. Esta colonización de la garrapata o de los nuevos hospedadores que han colonizado dicho espacio hace que pueda producirse el contacto con las personas y las mascotas, incrementando el riesgo de exposición a sus mordeduras y a las enfermedades que pueden transmitir.

Enfermedades transmitidas por garrapatas

Ciertas especies de garrapatas presentes en España, como es el caso de las correspondientes al género de las Hyalomma, han establecido claros vínculos como vectores del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Por otro lado, las garrapatas del género Ixodes están asociadas a brotes de transmisión de la bacteria Borrelia, que presenta como principal clínica la enfermedad de Lyme. Las dos infecciones pueden tener un impacto clínico importante ya que presentan una elevada letalidad y también por ser muy difíciles de diagnosticar en fases iniciales.

Enfermedades en personas y animales de compañía

La magnitud de las garrapatas no se limita a las personas. Las mascotas desempeñan un papel muy importante, especialmente en el caso de perros y gatos. Las mordeduras pueden dar lugar a reacciones locales, infecciones secundarias y la transmisión de enfermedades parasitarias. Desde el punto de vista veterinario, constituye un reto continuo en el manejo de la medicina, que precisa de un seguimiento ininterrumpido y de tratamientos de control preventivos que sean eficaces.

Prevenir y controlar garrapatas

Usar ropa adecuada se convierte en una de las barreras básicas: prendas de colores claros que hagan fácil detectar el paso de las garrapatas, llevar el pantalón dentro de los calcetines, mangas largas, gorras y camisetas interiores son indicaciones muy recomendables. Además, al regresar de la zona de vegetación se recomienda la revisión de la piel y la ropa para la detección de garrapatas.

Protección en medio urbano y en las mascotas

Las zonas verdes de las ciudades también deben tenerse en cuenta. Pasear con las mascotas en parques o en jardines puede llevar a la infestación si no se toman las medidas adecuadas. Se precisa que los animales de compañía tengan la protección garantizada con tratamientos antiparasitarios eficaces durante todas las estaciones, incluso en invierno, pues la actividad de garrapatas se ha desestacionalizado.

La invasión en aumento de las garrapatas en el territorio español exige una intervención activa coordinada; la vida urbana no es un medio protector contra garrapatas; la prevención, la vigilancia y el compromiso colectivo son necesarios para prevenir el impacto negativo que producen sobre la salud pública y la salud animal.

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