Las uñas acrílicas se han transformado en un estandarte estético gracias a su resistencia y su capacidad de transformar cualquier manicura en un diseño atractivo. Por su parte, su uso continuado no está libre de consecuencias. Tenerlas durante meses sin interrupción puede afectar a salud de las uñas naturales y originar pequeños problemas que pasan desapercibidos hasta que se hacen visibles. Hacer una pausa programada reduce riesgos y mantiene las manos en una mejor salud.
Efectos menos conocidos de las uñas acrílicas
Debilitamiento progresivo
La técnica previa para tener unas uñas acrílicas consiste en limar con fuerza la superficie de la uña natural para que el acrílico se adhiera; este proceso de desgaste repetitivo afectará al grosor de la uña haciéndola más frágil. Con el paso del tiempo, observaremos que algunas personas padecen uñas que van perdiendo dureza, llegan a doblarse con más facilidad y presentan una mayor dificultad para crecer de forma más uniforme.
Suciedad en pequeños huecos
Cuando el acrílico se empieza a despegar, se producen microespacios donde se acumulan impurezas. Dicho espacio entre la uña natural y la extensión afecta a su aspecto, aportando tonos dispares. Si persiste durante días puede llevar a la aparición de molestias, así como a la presencia de un aspecto no saludable.
Riesgos del uso continuado de uñas acrílicas
Reacciones por sensibilidad
La materia de la que están compuestos los productos que se utilizan para dar forma, para fijar y para sellar las uñas acrílicas incluyen componentes que pueden provocar irritación en la piel de las personas más sensibles. El enrojecimiento, picor o molestias alrededor de la uña son signos que avisan de que es conveniente dejar reposar la piel antes de la siguiente aplicación.
Exposición a químicos y luz UV
El fuerte olor de algunos de los compuestos indica la existencia de un producto químico que puede ser molesto en el momento de aplicarlo. También se deben sumar las lámparas de secado con luz ultravioleta, lo que puede implicar una nueva exposición. Por ello, algunas personas aplican en sus manos protector solar antes del secado, para ayudar a minimizar posibles efectos indeseados en su piel.
Alternativas más seguras
Quitar las uñas acrílicas sin la ayuda de un profesional puede parecer sencillo, pero puede ser más agresivo. Cuando se intenta alzarlas, se suele desprender parte de la capa más superficial de la uña natural al desprender la parte acrílica. De esta manera, la superficie que queda es débil y áspera, un situación que tarda semanas en recuperarse. Cuando las uñas se encuentran en estado de fragilidad, se tiende a generan más daños con el paso del tiempo.
Cómo reducir los riesgos
Las personas que se decantan por esta manicura deben tomar ciertas precauciones. Hacer descansos periódicos de entre dos y cuatro semanas, facilita la recuperación de las uñas y permite que estas respiren y recuperen su fuerza. Aplicar aceites nutritivos todos los días, no deprimir las cutículas, hacer un uso responsable de las uñas y no utilizarlas como herramientas; todo ello contribuye absolutamente a su resistencia. Escoger salones donde el ambiente esté aireado, seguir unas pautas de trabajo con lámparas LED o con uñas en gel, en lugar de elegir las acrílicas, disminuye aún más la agresión.
Las uñas acrílicas deben reservarse para momentos específicos y alternarse con periodos de descanso; esto contribuye a que su resultado sea mejor, así como también a cuidar la salud de nuestras manos. Una rutina de cuidados básicos con una aplicación de uñas más espaciada permite mantener las uñas fuertes, bonitas y menos expuestas a los efectos acumulados de los químico y de la propia técnica.
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