"En el PSC no hay prejuicios contra nadie", ha asegurado circunspecto el secretario de Organización de los socialistas catalanes, Salvador Illa, al que las críticas de José Luis Rodríguez Zapatero a la militancia catalana momentos antes de verse con Miquel Iceta han cogido con el pie cambiado. Zapatero ha irrumpido como un elefante en una cacharrería en la campaña de Susana Díaz en Cataluña, afirmando que "en Cataluña hay prejuicios sobre el proyecto de Díaz" por ser "mujer y andaluza" y mostrando así el malestar de la candidatura de la presidenta por las muestras de apoyo a Pedro Sánchez.

Uno comentario rápidamente amplificado que no ha hecho más que incomodar a la dirección que lidera Miquel Iceta, mientras en la campaña de apoyo a Pedro Sánchez en Cataluña se celebraba el efecto de rechazo que esas consideraciones tendrán, a buen seguro, entre la militancia catalana.

Orgullosos de Montilla

En Twitter, su principal valedor, Carles Ruiz, ha señalado: "En Catalunya estamos orgullosos de haber tenido dos presidentes socialistas, uno de ellos de origen andaluz" en referencia a José Montilla. La ex alcaldesa de Sant Sadurní, Susanna Mérida, le ha respondido "compañero, lamento mucho esta afirmación. Somos muchas las mujeres catalanas socialistas con raíces andaluzas. Ningún prejuicio por ello!".

La reacción más común ha sido, sin embargo, recordar a Zapatero que el PSC llevó a un andaluz a la presidencia de la Generalitat "con mucho orgullo", señalaban esta tarde diversos cuadros socialistas, que atribuyen el comentario de Zapatero a los "nervios" por las dificultades de la campaña de Díaz en Cataluña.

El propio Zapatero pudo comprobar esas dificultades la semana pasada en el acto de homenaje a Carme Chacón, pero la distancia entre ambos candidatos se ha hecho más evidente durante la gira catalana de Pedro Sánchez del último fin de semana, mientras la candidatura de Patxi López se desdibuja en esta comunidad.

Después de reunir a más de 2.500 en la antigua fábrica Fabra y Coats la mañana del sábado, un centenar de militantes se quedó a las puertas del almuerzo organizado por una de sus principales valedoras en Cataluña, Núria Parlon, en Santa Coloma de Gramanet. Y por la tarde Sánchez volvió a reunir a unos 400 militantes en Hospitalet de Llobregat antes de participar en una carrera nocturna. Una ciudad en la que la alcaldesa, Núria Marin, es amiga persona de Patxi López y el ex alcalde, Celestino Corbacho, hace campaña por Susana Díaz.

En este contexto, las palabras de Zapatero no hacen más que acrecentar la distancia de una militancia catalana con una candidatura de la que sólo le llegan críticas hasta ahora, las más sangrantes las vertidas por el secretario del Grupo Socialista, Miguel Angel Heredia, "pillado" en una grabación en la que aseguraba que habría que disolver el PSC. Sin olvidar el tira y afloja entre las direcciones del PSC y el PSOE para pactar la participación de los militantes catalanes en las primarias, que desde Barcelona se vivió como una maniobra de la candidatura de Díaz para restar apoyos a Sánchez.

El miércoles, la presidenta andaluza tendrá ocasión de reducir esa distancia en el foro Tribuna Barcelona. Un escenario que ya es toda una declaración de intenciones. Si Sánchez escogió un feudo de la militancia socialista, Díaz ha optado por el foro organizado por La Vanguardia y contará en su presentación con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en su papel de anfitrión neutral de los candidatos.