La policía metropolitana ha aumentado a 30 la cifra de fallecidos confirmados en el incendio de una torre de viviendas de Londres iniciado el pasado miércoles y extinguido definitivamente durante la mañana de este viernes. La cifra es aún provisional: más de 70 personas permanecen desaparecidas y otras 24 están hospitalizadas, 12 de ellas en estado crítico.

El incendio se declaró en la madrugada del miércoles y afectó a las 24 plantas de la torre residencial Grenfell, ubicada en el barrio de Notting Hill, cerca de Hyde Park. Este viernes, el portavoz de la policía londinense, Stuart Cundy, ha insistido en que las circunstancias en las que se inició el suceso son aún desconocidas, aunque ha precisado que "nada sugiere que fuera intencionado".

Durante los últimos dos días, más de 200 bomberos y 40 ingenieros han trabajado en las labores de extinción del incendio. En cualquier caso, la zona sigue siendo peligrosa por el riesgo de derrumbe, hasta el punto de que la visita de la primera ministra, Theresa May, tuvo que ser suspendida por razones de seguridad.

No obstante, tanto May como la pareja real han visitado durante las últimas horas a las víctimas del suceso, que se enfrentan ahora a la búsqueda de una solución habitacional. La polémica ha surgido con fuerza y líderes políticos como el laborista Jeremy Corbyn han reclamado permitir que las familias afectadas puedan ocupar casas vacías, uno de los principales problemas del parque de vivienda de la capital británica.