Una persona ha fallecido y otra ha resultado herida tras el vuelco de una furgoneta ocurrido en la madrugada del viernes 23 de mayo de 2025 en el kilómetro 356 de la autovía A-66, a su paso por Mozárbez (Salamanca). Según informa Europa Press, el accidente, registrado a las 06:51 horas en sentido Extremadura, dejó a los dos ocupantes del vehículo atrapados en su interior, según confirmaron múltiples testigos a los servicios de emergencia.

Los equipos de Bomberos de la Diputación de Salamanca realizaron labores de excarcelación para liberar a las víctimas, mientras sanitarios del SUMMA 112 atendieron en el lugar a los afectados. Tras la intervención, se confirmó el fallecimiento de uno de los ocupantes, mientras el otro, un varón, fue trasladado en ambulancia de soporte vital básico al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. La Guardia Civil de Tráfico se encargó de la investigación preliminar y de gestionar el desvío del tráfico durante las labores de rescate, que afectaron temporalmente a la circulación en este tramo de la A-66, principal eje de conexión entre el norte y el suroeste peninsular.

El suceso ocurrió en un tramo de la autovía con historial de siniestralidad, donde en años anteriores se registraron accidentes mortales, incluido uno en 2015 con tres fallecidos. Aunque las causas del vuelco aún se investigan, fuentes policiales no descartan factores como la fatiga al volante o las condiciones meteorológicas, habituales en una vía que soporta un intenso tráfico de vehículos pesados.

Este incidente reabre el debate sobre la seguridad vial en la A-66, donde entre 2020 y 2022 se contabilizaron 18 accidentes graves con víctimas mortales en Castilla y León. La Dirección General de Tráfico ha intensificado en los últimos meses los controles de velocidad y el mantenimiento de la señalización en esta ruta, aunque organizaciones civiles reclaman medidas estructurales como la ampliación de carriles de emergencia.

Mientras se esperan los resultados de la investigación, el accidente de Mozárbez subraya los riesgos asociados a las largas distancias y la monotonía visual en carreteras interurbanas, factores que incrementan la probabilidad de siniestros en horarios nocturnos y de madrugada.